EL CONSUMO NO LEVANTA: PESE A LA DESACELERACIÓN DE LA INFLACIÓN, LAS VENTAS MINORISTAS CAEN

Aunque la inflación modera su avance, el poder adquisitivo sigue en picada y el desempleo en ascenso, impactando directamente en los bolsillos de los argentinos y frenando la tan esperada recuperación económica en el consumo masivo.

Aunque la inflación modera su avance, el poder adquisitivo sigue en picada y el desempleo en ascenso, impactando directamente en los bolsillos de los argentinos y frenando la tan esperada recuperación económica en el consumo masivo.

A pesar de la tan ansiada desaceleración de la inflación, que en el primer semestre de 2025 se ubicó en un 15,1% y un 39,4% interanual, el consumo en Argentina no logra repuntar. Según el último informe de Scentia, en junio las ventas cayeron un 0,8% en comparación con el mismo mes del año anterior, un dato preocupante si se considera la baja base de comparación.

Este descenso interrumpe una racha de tres meses consecutivos de recuperación, los primeros tras un año completo en baja. En lo que va de 2025, el crecimiento acumulado es apenas marginal, alcanzando un escaso 0,4%, lo que confirma la persistencia de una recesión en el consumo privado.

La principal causa de esta caída se encuentra en un mercado laboral que aún no muestra signos de fortaleza. El poder adquisitivo de los salarios se mantiene estancado, tal como proyectó C-P Consultores para mayo, consolidando una contracción en los ingresos de los hogares.

A esto se suma el aumento del desempleo, que se ubicó en un 7,9% en el primer trimestre del año. La combinación de estos factores, sumada a una pobreza que aún afecta al 38,1% de la población argentina (segundo semestre de 2024), configura un escenario complejo para el consumo.

El informe de Scentia, que releva más de 8.000 puntos de venta en todo el país, desde supermercados hasta farmacias y kioscos, detalla que las mayores bajas en junio se registraron en la compra en supermercados de cadena y mayoristas, con una caída del 6,4% en cada uno. En el conjunto de supermercados y autoservicios, la disminución del consumo fue del 2,4% en junio con respecto al año anterior. En contraste, las ventas que lograron un repunte significativo fueron las online, con un notable incremento del 14,6%, y las farmacias, que crecieron un 5,6%.

Mientras que otros sectores de la economía comienzan a mostrar señales de reactivación, como la producción industrial (con un aumento del 5,8% en mayo) o la automotriz (con un crecimiento del 33,8% en junio y un acumulado del 15,6% en el año), la recuperación económica aún no se traduce en los bolsillos de los ciudadanos.

La persistente caída del consumo masivo confirma que el ajuste no es solo una cifra macroeconómica, sino una realidad cotidiana que impacta directamente en aspectos esenciales como la alimentación, la limpieza y los insumos básicos de los hogares argentinos. La recuperación económica, por ahora, sigue siendo una meta esquiva para la gran mayoría.

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