La gestión de Javier Milei actualizó el Impuesto a los Combustibles y al Dióxido de Carbono mientras se esperaba que las petroleras anuncien reducciones en los precios de naftas y gasoil, en un contexto de caída en los precios internacionales del petróleo.
El Gobierno nacional actualizó en un 1% el Impuesto a los Combustibles (ICL) y al Dióxido de Carbono, justo un día antes de que las petroleras anuncien la reducción de precios de las naftas y el gasoil a partir de octubre.
Este ajuste impositivo se basa en las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC y afectará a la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil. Sin embargo, la estrategia oficial busca evitar un traslado completo de la inflación mensual al ajuste tributario, para no generar un aumento mayor en la inflación general. Por ello, desde hace meses, el Ministerio de Economía autorizó incrementos mínimos y postergó la implementación de la mayor parte del aumento del ICL y el ID.
Así, la suba impositiva en octubre será de solo 1% para las naftas y 1,19% para el gasoil. Según el Decreto 863/2024, firmado por Javier Milei y sus ministros, los impuestos se incrementarán de la siguiente manera entre el 1 y el 30 de octubre: las naftas aumentarán $16,109 por litro y el gasoil $10,84 en general, mientras que en las provincias de la Patagonia y zonas con régimen preferencial, el aumento será de solo $6,378.
Los precios de los combustibles podrían bajar a partir del martes: la nafta podría reducirse en un 1,5% y el gasoil en un 3%. Esta posible baja se debe a la disminución del precio del Brent, que cayó un 9% en el último mes, pasando de $80 a $71 por barril.
En Buenos Aires, la nafta súper de YPF se comercializa a $1.059 por litro, mientras que la de mayor calidad llega a $1.309. El gasoil grado 2 se vende a $1.084 y el grado 3 a $1.334. Se espera que, tras el anuncio de YPF, otras petroleras como Axion, Shell y Puma sigan el mismo camino.
La caída del precio del petróleo, que pasó de $90 a $72 por barril, se atribuye a una disminución en la actividad manufacturera en China y temores sobre una posible recesión en Estados Unidos. Además, la Agencia estadounidense de Información sobre Energía (EIA) informó que las reservas de petróleo en EE. UU. disminuyeron, aunque menos de lo anticipado por el mercado. En la semana que finalizó el 23 de agosto, las reservas cayeron en 800,000 barriles, muy por debajo de los 2,8 millones esperados. Por otro lado, la actividad en la zona euro también mostró signos de contracción, con un estancamiento en el sector de servicios y una desaceleración en la manufactura.