Francisco criticó con dureza al Gobierno por arremeter contra los jubilados haciendo uso de gas pimienta en lugar de aumentar sus haberes, teniendo en cuenta que el compuesto químico es más caro que un haber jubilatorio mínimo.
Durante un encuentro con movimientos populares en el Vaticano, el papa Francisco criticó con dureza al gobierno de Javier Milei por su política de represión hacia los jubilados, en lugar de atender sus demandas. “En vez de pagar la justicia, pagó el gas pimienta”, afirmó el pontífice. Además, mencionó que un empresario argentino le habló sobre un caso de coimas.
La crítica a las prioridades del gobierno de La Libertad Avanza (LLA) fue hecha ante representantes sociales de todo el mundo, en un evento titulado “Plantando bandera frente a la deshumanización”.
En su discurso, el papa recordó que los derechos a “tierra, techo y trabajo” son sagrados y destacó algunos de los desafíos que enfrentan los sectores más empobrecidos en diversas naciones.
El gas pimienta
Aunque no se refirió directamente a Argentina, su mensaje fue claro. Contó que había visto un video reciente de una represión en la que trabajadores y ciudadanos que reclamaban sus derechos fueron agredidos. “El Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta”, criticó.
El pontífice hizo referencia a las polémicas en torno a las protestas de jubilados en Buenos Aires, destacando que el costo de cada envase de gas pimienta utilizado por las fuerzas de seguridad asciende a aproximadamente 250 mil pesos, más que el haber jubilatorio mínimo de 234 mil pesos.
Francisco continuó sorprendido por cómo la policía disuadía a los manifestantes con “el gas pimienta de primera calidad” y descalificaba sus reclamos llamándolos “revoltosos” y “comunistas”. “Ténganlo en cuenta”, reiteró, señalando las prioridades del gobierno de Milei ante las necesidades de los más vulnerables.
Un caso de coimas
Además de la represión, el papa Francisco mencionó un caso de corrupción en Argentina. Durante su intervención, criticó la “avaricia” de los sectores más ricos que se oponen a la justicia social. Relató que un empresario internacional le contó que, tras presentar un nuevo proyecto a un ministro, recibió una propuesta de coima a cambio de un permiso. “El diablo entra por los bolsillos, no se olviden”, advirtió.
“Los acompaño en su camino”
Francisco alentó a los líderes sociales a seguir siendo “protagonistas de la historia”. “Ustedes no se achican, van al frente”, destacó, instándolos a ser “custodios de la justicia social” y recordar a los políticos a quiénes sirven.
El papa reconoció el trabajo de estos líderes en la inclusión social, a menudo sin apoyo del Estado y, en ocasiones, enfrentando persecuciones. “Si el pueblo pobre no se resigna y se organiza, más tarde o más temprano las cosas cambiarán para bien”, afirmó.
Finalmente, criticó la “meritocracia” y la violencia verbal, advirtiendo que el silencio frente a la injusticia conduce a la división social y a la violencia. Francisco también cuestionó que muchas grandes fortunas no se basan en el mérito, sino en la explotación y la evasión fiscal, reiterando que sin políticas justas y equitativas, la violencia y la desolación se extenderán.