EN PLENA PUJA POR EL PRESUPUESTO, MILEI REUNIÓ AL GABINETE EN OLIVOS Y REPARTIÓ UN LIBRO ÍCONO DEL LIBERTARISMO RADICAL

Mientras el Congreso discutía el Presupuesto 2026 y la reforma laboral seguía empantanada, el Presidente agasajó a sus ministros con un asado en la Quinta de Olivos y les regaló “Defendiendo lo indefendible”, un texto que reivindica la lógica extrema del mercado por encima del juicio social.

Mientras el Congreso discutía el Presupuesto 2026 y la reforma laboral seguía empantanada, el Presidente agasajó a sus ministros con un asado en la Quinta de Olivos y les regaló “Defendiendo lo indefendible”, un texto que reivindica la lógica extrema del mercado por encima del juicio social.

En medio de un clima político tenso, atravesado por las dificultades del oficialismo para cerrar el Presupuesto 2026 y avanzar con la reforma laboral, Javier Milei eligió la Quinta de Olivos para enviar un mensaje interno a su Gabinete. El lunes por la noche, el Presidente encabezó un asado con ministros y funcionarios de primera línea, en una escena que buscó reforzar la cohesión del núcleo libertario en un momento de fragilidad parlamentaria.

El gesto central del encuentro no estuvo en la mesa sino en el obsequio que Milei entregó a cada uno de sus colaboradores: Defendiendo lo indefendible, del economista estadounidense Walter Block, una obra de referencia del libertarismo más extremo. La elección del libro funcionó como una señal política hacia adentro del Gobierno, en momentos en que la gestión enfrenta cuestionamientos sociales y resistencias legislativas por el ajuste que propone el proyecto de Presupuesto.

Publicado en la década del setenta, el texto de Block sostiene una tesis provocadora: plantea que actividades socialmente condenadas —como la prostitución, el tráfico de drogas o la usura— deben ser defendidas si se inscriben en intercambios voluntarios, y señala al Estado como el principal responsable de distorsionar el orden económico mediante regulaciones y prohibiciones. La obra separa deliberadamente la moral social de la eficiencia del mercado, un principio que Milei reivindica de forma explícita desde su llegada al poder.

El mensaje implícito hacia los ministros fue claro: sostener el rumbo sin concesiones, incluso cuando las decisiones resulten impopulares. En un escenario de recortes, tensiones con las provincias y conflictos abiertos en áreas sensibles como universidades y discapacidad, el Presidente buscó reafirmar una identidad ideológica cerrada, que privilegia la coherencia doctrinaria por sobre la búsqueda de consensos políticos.

La imagen de un Gabinete reunido en Olivos, celebrando con un asado mientras el Congreso debatía ajustes y reformas estructurales, sintetizó para la oposición y buena parte del arco político una postal de desconexión. Para el oficialismo, en cambio, el encuentro funcionó como una ratificación interna: frente a la presión social y legislativa, Milei redobló la apuesta por el fundamentalismo libertario como hoja de ruta de su gobierno.

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