El ejército israelí lanzó una nueva ofensiva sobre el enclave palestino y causó más de un centenar de muertes, incluidos 35 niños. Afirmó que fue una respuesta a una supuesta violación de la tregua, que Hamás niega. Tras los ataques, Tel Aviv comunicó que “vuelve a aplicar” el acuerdo de cese de fuego.

El Ejército de Israel declaró este miércoles que el alto el fuego en Gaza vuelve a estar en vigor, después de una intensa serie de bombardeos que dejó más de cien palestinos muertos, según autoridades locales. El gobierno de Benjamin Netanyahu justificó los ataques como una reacción a una presunta violación del acuerdo por parte de Hamás, aunque no presentó pruebas ni notificó a los mediadores del pacto —Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía—, que continúa formalmente en pie desde hace más de dos semanas.
El portavoz de la Protección Civil de Gaza, Mahmud Basal, denunció que “las fuerzas de ocupación cometieron horribles masacres contra civiles”, entre ellos 35 niños, y afirmó que los hospitales están desbordados por los heridos en medio de escasez de suministros y combustible. Señaló además que los rescatistas siguen buscando sobrevivientes bajo los escombros, y pidió corredores humanitarios para el ingreso de ayuda.
Israel justificó la ofensiva al acusar a Hamás de haber incumplido el acuerdo de tregua por la muerte de un soldado israelí y los retrasos en la devolución de cadáveres de secuestrados durante los ataques del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, Hamás negó cualquier responsabilidad, afirmó no tener vínculo con el tiroteo ocurrido en Rafá y denunció que el bombardeo israelí constituye una violación flagrante del alto el fuego. Por su parte, la Yihad Islámica también sostuvo que las facciones palestinas cumplieron todas las cláusulas del acuerdo, y acusó a Israel de manipular los hechos para justificar nuevos ataques.


