Una marea diversa y antipatriarcal se congrega frente al Congreso de la Nación en una jornada de reivindicación y unidad feminista, marcada por la exigencia de derechos y la resistencia ante políticas regresivas.
Una multitud diversa y antipatriarcal se congregó frente al Congreso de la Nación el 8 de marzo para conmemorar y reivindicar los derechos en el Día Internacional de las Mujeres y Diversidades. Fue un día de encuentro que revitalizó el espíritu de masividad y organización colectiva que ha caracterizado a los movimientos feministas en Argentina a lo largo de los años.
El contexto de ajuste económico bajo el gobierno de Javier Milei, los ataques a los feminismos y a la agenda de género, junto con el avance de políticas que vulneran derechos, fueron factores clave que reunieron nuevamente de manera masiva a diversos sectores feministas en las calles y en la redacción de un extenso documento que se leyó al cierre del día en la Ciudad de Buenos Aires.
Fue una jornada marcada por abrazos colectivos, reencuentros y sonrisas, donde recuperar la alegría y la fuerza de estar unidas en las calles fue el espíritu predominante. Según Ni Una Menos, alrededor de 400 mil personas participaron en la marcha.
El escenario frente al Congreso fue crucial para expresar el repudio hacia aquellos que intentan socavar los logros obtenidos. Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, inauguró el espacio destacando la importancia del Congreso como lugar de debate y toma de decisiones democráticas.
El documento, leído por la periodista Liliana Daunes, resaltó la gran unidad del movimiento feminista en esta manifestación, con el hambre y el ajuste como ejes principales. Al final de la lectura, se realizó un gran pañuelazo liderado por las históricas militantes de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
El impacto de las políticas de Javier Milei en la población LGBT, especialmente en las personas travestis y trans, fue notable. Organizaciones trans denunciaron la interrupción del Plan Nacional de Protección Social y las reducciones en el programa Potenciar Trabajo.
Las trabajadoras comunitarias, especialmente las cocineras de La Poderosa, tuvieron un papel fundamental durante la jornada, reclamando por la falta de alimentos en los comedores populares y exigiendo una vida digna para todos.
La justicia patriarcal y la violencia de género también fueron temas destacados en el documento y en la manifestación, con un llamado de justicia por casos como el de Tehuel, desaparecido desde hace tres años.
La movilización también incluyó muestras de solidaridad con las trabajadoras de la agencia de noticias Télam, demandando su reapertura para garantizar el derecho a la información y la libertad de expresión.
La jornada concluyó con un ambiente de revitalización y fuerza para seguir luchando contra las políticas regresivas, con baile y música como forma de celebración y resistencia ante los desafíos que enfrentan los movimientos feministas en Argentina.
