RESEÑA
por Juan Rocchi
Más de una década después de su primera aparición, se reedita la poesía reunida de Alejandro Rubio. Sin poemas nuevos ni un aparato crítico actualizado, la reedición idéntica abre preguntas acerca del estado de la crítica, la discusión sobre poesía y un campo literario aparentemente estanco.
Hasta hace poco pasaba algo insólito en el mundo de las publicaciones de poesía: los textos de Alejandro Rubio, uno de los principales representantes de la llamada poesía de los noventa, no se conseguían. Con una última edición de su poesía reunida La enfermedad mental, publicada en 2012 y ya agotada, lo único que podía comprarse en librerías eran los libros y plaquetas posteriores (Kohan, Iron Mountain, Diario, Moral, Not serbian). También se conseguía La tendencia materialista: antología crítica de la poesía de los ‘90, donde se puede encontrar buena parte de los primeros libros y un ensayo introductorio con una línea de lectura política, escrito por Damián Selci, Violeta Kesselman y Ana Mazzoni.
La imposibilidad de acceder a los primeros libros marcaba, sobre todo, una diferencia generacional. Los coétaneos de Rubio habrían leído los textos de primera mano, ni bien habían salido; la generación siguiente, representada por la Revista Planta, había hecho necesaria la recopilación y publicación en La enfermedad mental; los que venían atrás –digamos cualquiera que hoy tenga menos de treinta años– no podían leer los textos que habían dado a Rubio el nombre de poeta que tenía.
Esta discontinuidad es la consecuencia de una característica central de la poesía argentina reciente: al no haber un campo cultural vivo, los únicos lectores son los discípulos. Más concretamente: al no existir una circulación de crítica, revistas y discusión, los lazos son personales, uno a uno. A lo sumo de grupo de amigos. Como dice Rubio en su relectura final de la compilación: “hasta hoy, la poesía me ha deparado algunas lecturas, algunos amigos, algunos viajes, y la suma total de nueve mil pesos, dos mil de ellos convertibles”. El amiguismo, deformación corporativa del lazo personal, es el resultado obvio del paso del tiempo.
La enfermedad mental trae su propio aparato crítico: un prólogo, más tres textos críticos, más una relectura final del autor. Por eso, en este caso una reseña no necesita análisis textual. Lo que sí necesita es responder por qué el libro, una vez que salió, fue una reimpresión exacta del libro de 2012. Es decir, la respuesta a la falta de circulación de los textos fue reeditar el libro tal cual había salido once años antes, sin agregar los libros siguientes, ni una nota, ni nada. ¿Y la obra posterior? ¿No es interesante? ¿No hay nada para decir hoy sobre los poemas de Rubio?
Que la poesía reunida de uno de los poetas vivos más importantes del país salga sin una sola modificación once años después, es sintomático. Es extraño, de hecho, que ni siquiera se haya tocado la contratapa, volviendo a afirmar robóticamente que “el volumen comprende la totalidad de su obra poética”. Pero no hay que buscar culpa en los editores, sino responsabilidad en los lectores y críticos. Volvemos a la cuestión del campo cultural, por llamarlo de alguna manera.
La edición original de 2012 formaba parte de un mundo que ya no existe: el de la discusión. Todavía existía Planta, todavía había blogs, todavía las revistas agrupaban a personas con una postura estética. O quizás esa es la percepción de alguien de la generación siguiente, la de los que no la vivieron. En ese contexto, Rubio era alguien a quien defender y explicar. En ese contexto, la poesía tenía programas.
Leída de esta forma, la reimpresión mecánica de un libro de hace once años por parte de una editorial que siempre mantuvo un criterio honesto solo tiene un sentido posible: una nueva oportunidad. La reimpresión de La enfermedad mental es la posibilidad, para lxs lectorxs y poetas nuevos, de rediscutir la poesía temprana y media de Alejandro Rubio. Volver a pensar por qué un poema tiene derecho a decir “me recontracago en la rechota democracia”, o por qué puede entender mejor que nadie cómo funciona la organización de arriba abajo y de abajo arriba. Ya no como discípulxs, sino como críticxs.
La enfermedad mental, de Alejandro Rubio.
Gog y Magog
Primera edición 2012
Reedición 2023
410 págs.