Si no hay una crisis macroeconómica por falta de dólares, el sector manufacturero podría seguir creciendo en la segunda parte del año.
El Indec informó el jueves que la industria manufacturera creció 1,7 por ciento interanual durante abril. A su vez, en el acumulado del primer cuatrimestre la mejora trepa al 2,5 por ciento, la suba más alta en los últimos cinco años para ese lapso, según destacó la Secretaría de Industria. El dato sorprende porque se produce en medio de una amenaza creciente de recesión y cuando la sequía golpeó de lleno a la agroindustria. El mayor impulso viene dado por las industrias siderúrgica, metalmecánica, automotriz, petrolera y electrónica; mientras que las actividades vinculadas con el sector rural fueron las más perjudicadas. PáginaI12 contactó a distintas cámaras empresarias y especialistas en el ámbito del desarrollo industrial para ahondar sobre las perspectivas de cara a la segunda mitad del año.
Luciano Galfione es empresario y presidente de la Fundación Protejer que representa a la industria textil. En diálogo con PáginaI12 advierte que “el sector todavía está con buenos niveles de producción, si bien en los últimos meses se vio un decrecimiento de la demanda”. “Los subsectores que necesitan acceder a materias primas que no se fabrican en el país están más complicados, pues es difícil no solo la aprobación de la licencia sino conseguir financiamiento en el exterior para luego pagarlas: es una problemática que enfrentan casi todas las pymes”, definió. “En cambio, todo lo que es cadena de valor con fibras naturales tiene niveles de producción más aceptables”, agregó. De cara al futuro sostiene que “la incertidumbre electoral no acompaña a las expectativas: la política está un poco alejada de la realidad que vive la población y eso resiente el consumo, pues partimos de un poder adquisitivo muy bajo que en último tiempo evolucionó por detrás de la inflación, eso genera un decrecimiento de las ventas que probablemente se mantenga”.
El consumo interno no muestra señales claras de crecimiento desde septiembre de 2022. Sigue una tendencia volátil y las perspectivas son más bien conservadoras para lo que queda del año, dada la aceleración de la inflación y el atraso de los salarios y jubilaciones, entre otros factores. Así el sector de alimentos y bebidas registró una expansión de apenas 0,1 por ciento en el primer cuatrimestre del año según datos de Indec. El sector también se ve afectado por una menor molienda de granos y oleaginosas producto de la sequía.
Por su parte, Adimra, que nuclea a las empresas del sector metalúrgico, publicó hace pocos días su Boletín mensual correspondiente a abril y marcó también un avance del sector del 1,4 por ciento en abril y cierta heterogeniedad inter-sectorial. En diálogo con PáginaI12 destacaron al rubro de autopartes (que creció 8,6 por ciento), bienes de capital (4,5 por ciento, vinculado con la cadena de valor del petróleo y gas) y equipos y aparatos eléctricos (4,4 por ciento que viene con baja base de comparación pospandemia) entre los más dinámicos; mientras que la fundición y el equipamiento médico tuvieron una performance más estable (2,5 por ciento). Otros sectores experimentaron variaciones negativas en el mes: maquinaria agrícola retrocedió 9,4 por ciento y acumula ocho meses consecutivos de caída, mientras que artículos de ferretería cayeron 2 por ciento.
Son las actividades extractivas como la minería, el petróleo y gas y la energía las que siguieron mostrando una tendencia de recuperación sostenida en el primer cuatrimestre del año, la metalurgia crece atada a ellas aunque se advierte una desaceleración desde agosto de 2022.
En términos de empleo, la variación interanual en el sector metalúrgico fue de apenas 1,2 por ciento en abril y 1,8 por ciento acumulado en el cuatrimestre, según Adimra. Las horas extras se redujeron en el 30 por ciento de los casos consultados dando cuenta de una ralentización en la producción. También la encuesta sobre perspectivas de corto plazo mostró al 39 por ciento de los empresarios indicando que esperan una caída de la producción a la brevedad.
También la encuesta de Indicadores industriales y Expectativas que presentó la Unión Industrial Argentina (UIA) en marzo reveló que las expectativas son bajas si se comparan a las que había a inicios del 2022, es decir, que se vislumbra un cambio de ciclo. “En enero de 2023, sólo el 31 por ciento de las empresas esperaba una mejor situación económica de su empresa para los próximos meses; a principios de 2022 más de la mitad de las empresas esperaba una mejor situación”. En tanto los datos de empleo registradoa en la industria, cuya fuente (actualizada a febrero) es el Sistema Integrado Previsional Argentino del Ministerio de Trabajo, arrojaron un crecimiento intermensual del 0,3 por ciento: una dinámica magra que se viene observando desde agosto de 2022.
Por el contrario, el empleo en la construcción se amesetó recién a partir de diciembre de 2022 (en febrero creció también 0,3 por ciento) y los rubros de comercio, de hoteles y restaurantes y de minería vienen mostrando una mejor performance relativa, especialmente restaurantes, según datos de Sipa.
A modo de conclusión, Tomás Tenconi, economista miembro del portal especializado Misión Productiva, especificó que para algunas ramas manufactureras 2023 podría terminar siendo el mejor año desde 2017: es el caso de la automotriz, refinación de petróleo, maquinaria y equipo. Es una industria que crece y se posiciona en niveles similares a los previos a la crisis de la salida del macrismo de 2018/19. Esto si la situación macroeconómica ayuda, es decir, si ingresaran las divisas del Fondo Monetario como adelanto, lo cual permitiría calmar la cotizaciones paralelas del dólar: “Hoy buena parte del aparato industrial consigue los dólares al CCL o blue y eso encarece los costos impidiendo sostener los niveles de actividad”, aclara. Además el gobierno debería velar por controlar la aceleración de la inflación que se produce de la mano de una gran incertidumbre en año electoral para mejorar la trayectoria del consumo que podría ralentizar la producción industrial. “Hoy vemos una industria sana, donde el 50 por ciento de las subramas todavía se encuentra por arriba de los niveles de producción del año pasado”, concluyó.
FUENTE: Página 12.