Las debilidades no asumidas del presidente, el manejo de la agenda mediática y un pequeño orificio por el que podría asomar, aunque no hoy, el juicio político; por Martín Gambarotta.
Hay una pregunta básica que se hace sobre un presidente cuando asume el poder, ¿controla el Congreso? En el caso del Presidente libertario Javier Milei la respuesta es: no. La Libertad Avanza, el partido del presidente, tiene una representación ínfima en la Cámara de Diputados y el Senado. Esto le trajo problemas a Milei rápido después de asumir cuando naufragó una ley ómnibus de ambiciosas reformas. Ahora pasó algo más: la Unión Cívica Radical (UCR), el kirchnerismo y otros bloques pequeños se unieron en Diputados para aprobar una nueva fórmula de aumento jubilatorio que básicamente sirve de compensación por un 8% perdido contra la inflación por las jubilaciones cuando comenzó el año. La fórmula de Milei, que ahora ata los aumentos a la inflación, viene licuando los ingresos jubilatorios. Milei reaccionó: “me importa tres carajos, les voy a vetar todo”. El presidente considera el aumento un ataque contra su superávit fiscal. Hay un detalle con respecto al veto. La oposición aprobó su moción con 160 votos de 257. Si Milei veta la ley, que todavía tiene que pasar por el Senado, ambas cámaras pueden ratificarla con el voto de dos tercios de los presentes.
Semejante cantidad de votos técnicamente deja a Milei al borde de un juicio político si un día la oposición política se lo propone. Nada indica sin embargo que haya razones en este momento para hacerle un juicio político al presidente. El kirchnerismo y la UCR rara vez se unen en diputados, pero está claro que Milei debe asumir que es un presidente débil en el flanco parlamentario. El Jefe de Gabinete Guillermo Francos dijo que si la ley jubilatoria de la oposición se termina aprobando entonces el gobierno nacional deberá buscar maneras de hacer recortes para compensar.
La andanada de insultos de Milei contra la oposición puede dificultar la aprobación de la Ley Bases, que delega poderes en el presidente y autoriza reformas, en el Senado.
La oficina del presidente lanzó un comunicado diciendo que la oposición había caído en una trampa tendida por el Diputado Máximo Kirchner al aprobar un nuevo sistema de aumento para los jubilados. Kirchner contestó que la acusación era un acto de pereza intelectual y dijo que el gobierno, sacándole los fuegos de artificios libertarios, era una administración conservadora común y corriente muy parecida a la última dictadura militar en sus políticas económicas liberales.
Todo esto se desarrolla en medio de la crisis de nervios que envuelve al Ministerio de Capital Humano por las acusaciones que acopió alimentos cerca de vencerse en vez de repartirlos. El Juez Federal Sabastián Casanello ordenó al ministerio presentar un plan detallado de la distribución de la mercadería, pero los funcionarios se negaron a aceptar la orden de un “juez militante”. El caso llegó a la Cámara Federal que ratificó la resolución de Casanello. La audiencia ante la Cámara Federal se transformó en un show cuando el activista social Juan Grabois y la abogada del gobierno Leila Gianni discutieron en los pasillos. Lo que la prensa oficialista se negó a resaltar es que una mujer del grupo de Capital Humano calzaba una pistola en la cintura. Gianni causa sensación porque hasta hace poco militaba en el kirchnerismo y era poco conocida.
“Lo que la prensa oficialista se negó a resaltar es que una mujer del grupo de Capital Humano calzaba una pistola en la cintura.”
La Ministra de Capital Humano Sandra Pettovello sigue sin dar la cara. Milei se reunió con la ministra varias veces en un intento de contenerla. Dijo en público que era la “mejor ministra de la historia,” pero las acusaciones que llegaron a tribunales incluyen supuestos sobresueldos y manejos oscuros con los fondos.
El nerviosismo obligó a Milei a cancelar parte de su gira Europea. En un momento el presidente canceló su asistencia a la cumbre del G7 en Italia, pero después confirmó que iría.
El gobierno trata de recobrar la iniciativa con una serie de comunicados de presidencia (callando al vocero presidencial Manuel Adorni). Primero fue el ataque contra Kirchner. Después lanzó otro comunicado anunciando el cierre definitivo del Ministerio de la Mujer. También se anunció que Milei renuncia a su futura jubilación presidencial después de que la Cámara de Diputados rechazara abolir las jubilaciones “de privilegio” para presidentes y vicepresidentes. Con esos anuncios, el golpe de efecto de la renuncia a la jubilación es innegable, los asesores de Milei buscaron cambiar de tema.
La turbulencia llegó hasta los mercados: el dólar subió, los bonos bajaron y el riesgo país subió. La culpa, según el presidente, es de los políticos tradicionales que ahora unieron fuerzas en Diputados. Para el Ministro de Economía Luis Caputo “lo peor pasó”, exactamente lo que dijeron los funcionarios durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019). Caputo además le dijo a un foro empresario que la recuperación económica depende más del sector privado que del público. Ya lo dijo Milei al compararse con Terminator: “soy el que destruye el estado desde adentro”.