Más de 700 efectivos de todas las fuerzas federales expulsaron a la fuerza a los adultos mayores que se estaban manifestando en el Congreso de la Nación.
Pese a la fuerte represión policial vivida en los dos miércoles pasados, los jubilados continúan su protesta semanal frente al Congreso de la Nación. Esta vez, un grupo de entre 150 y 200 personas, que se autodenominan «los viejos y las viejas de todos los miércoles», se manifestaron en la zona, encontrándose con un operativo de seguridad calificado como desmedido.
Del otro lado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, desplegó nuevamente un importante número de efectivos de todas las fuerzas federales, quienes controlaron la zona con vallas, camiones hidrantes y escuadrones motorizados. Los jubilados, amontonados a las veredas frente al Congreso por los escudos de la Gendarmería y la PSA, fueron rociados en varias ocasiones con gas pimienta mientras intentaban expresar sus reclamos.
En un momento, la protesta sumó el apoyo de columnas minoritarias de la UOM, ATE, la UTEP y el Partido Obrero, que se ubicaron en la Plaza de los Dos Congresos, separada del Parlamento por un extenso vallado. Sin embargo, la mayoría de los jubilados estaban del otro lado, sobre la confitería El Molino.
La gran cantidad de efectivos policiales generó interrupciones en el tránsito, ya que sus movimientos para contener la protesta terminaron cortando las calles y generando caos en el tránsito.
