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LEY ÓMNIBUS: PRIMERA GRAN DERROTA DEL GOBIERNO DE MILEI

El tumultuoso proceso legislativo pasó de la efusividad inicial a la resignación en un lapso de 96 horas. Oscar Zago, líder del bloque La Libertad Avanza, evidenció el cambio de ánimo durante un inusual cuarto intermedio, mientras la sesión se encaminaba hacia una derrota para el oficialismo.

La vehemencia exhibida por Oscar Zago el viernes pasado, cuando arremetió con firmeza contra el kirchnerismo antes de la votación general de la Ley Ómnibus, se transformó en una incómoda resignación durante la tarde de este martes. Entre estos dos momentos apenas transcurrieron 96 horas, un lapso de tiempo que definió la suerte del proyecto de ley más importante de Javier Milei durante sus dos meses de presidencia. Después de seis horas de debate este martes, luego de las 18 horas, el titular del bloque de La Libertad Avanza no pudo ocultar su frustración durante una reunión privada con las autoridades de otros bloques, pero sin la presencia de Unión por la Patria. En ese momento, se encontraban en un inusual cuarto intermedio de 15 minutos, instigado por Miguel Pichetto cuando comenzó a vislumbrarse una dura derrota para el oficialismo en la votación particular. “Presidente, cuarto intermedio. Quince minutos de reunión entre usted y los presidentes de los bloques, antes de entrar en el debate de privatizaciones”, reclamó el presidente del bloque de Hacemos Coalición Federal, mientras observaba votos perdidos en los primeros artículos de la ley y notaba que las diferencias eran tan profundas que habían exacerbado las discrepancias internas tanto en su bloque como en el radicalismo.

El ex candidato a vicepresidente de Mauricio Macri, ahora en su rol de diputado, ya había lanzado una advertencia durante una tarde de notorio mal humor. “Al oficialismo le pedimos que tenga alguna cuota de flexibilidad. Les encanta seguir perdiendo”, comentó el rionegrino mientras presenciaba con sus propios ojos que algo no estaba bien en las pocas votaciones que habían tenido lugar. “Traten de ver cómo receptar algunas propuestas y ganar. No hay que perder, hay que ganar”, agregó el diputado, y luego solicitó el cuarto intermedio, el cuarto desde la semana pasada. La solicitud tenía el mismo propósito que las anteriores: ganar tiempo para negociar y evitar un colapso estrepitoso de la sesión. Pero esta vez, con la votación particular en pleno desarrollo, los tiempos y las voluntades no acompañaron, a pesar de las negociaciones de último momento que rompieron los tenues acuerdos.

Cuando comenzó el impasse y se inició la reunión solicitada por Pichetto, fue Zago quien finalmente reconoció que el escenario era peor de lo esperado y propuso el retorno del proyecto a comisiones. Fue una forma elegante pero dolorosa de reconocer que no podían avanzar con el tratamiento y que debían retroceder sobre sus pasos, hasta el punto de tomar una decisión que implicaba reiniciar todo el proceso: desde deshacer el debate y la votación en general que el viernes había concluido con una victoria de 144 a 109, hasta lo discutido este martes en particular. Zago no estaba solo: frente a él estaban Pichetto, el radical Rodrigo De Loredo y la misionera Pamela Caletti, de Innovación Federal. También se encontraba Santiago Caputo, consultor y hombre de confianza de Milei, quien había llegado nuevamente para intervenir en la negociación y hacer uso de la última palabra.

Caputo ya había insinuado que darían marcha atrás si tambaleaba el capítulo de privatizaciones. Además, estaba convencido de la colaboración de un sector de la oposición y de los gobernadores de Juntos por el Cambio, pero no dejaba de mencionar que “le corrían el arco” constantemente. Al parecer, Zago no hizo más que ejecutar la decisión que Caputo había advertido en otros momentos críticos de la negociación, aunque esta vez el presidente no estaba en Buenos Aires, sino en su segundo viaje al exterior, entre Tel Aviv y Jerusalén, antes de su paso por Roma y el Vaticano para ser recibido por el papa Francisco.

La hoja de ruta de la votación en general del viernes había dejado una ventana de negociación abierta para resolver los temas más espinosos y evitar que las gestiones de las últimas semanas resultaran infructuosas. Las piezas desestabilizadoras estaban sobre la mesa desde entonces: los gobernadores de JxC volverían a presionar con la coparticipación de una parte del impuesto país si el gobierno se negaba a mantener las 13 cajas jubilatorias provinciales dentro de los cambios previstos para el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES. A esto se sumaba la negativa de la oposición dialoguista a aceptar la derogación del artículo 1 de la Ley de Sostenibilidad de la Deuda para eliminar los límites de endeudamiento externo y de reestructuración. Ninguno de los temas candentes del viernes llegó al recinto este martes. Surgieron otros durante la votación y se mantuvieron en reserva, aunque los diálogos del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, con algunos gobernadores durante la mañana de este martes, representaron otro punto de inflexión en la crisis que se estaba gestando y que no se pudo resolver hasta que llegó el momento de las primeras votaciones en particular.

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