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RESERVAS EN ROJO: CAPUTO BAJA LAS RETENCIONES ANTE LA URGENCIA DE RECAUDAR DÓLARES

Con la intención de generar un flujo inmediato de dólares, el Gobierno de Milei implementa una baja temporal de retenciones a los principales cultivos. Aunque la medida busca aliviar la presión sobre el Banco Central, su impacto fiscal y la respuesta del sector agropecuario son aún inciertos.

El Gobierno de Javier Milei, a través del ministro de Economía Luis Caputo, decidió reducir temporalmente las retenciones al agro y eliminar de manera definitiva los derechos de exportación para las economías regionales. Esta medida, que se implementará desde la próxima semana, busca aliviar la presión cambiaria y atraer dólares frescos al mercado, aunque no está exenta de riesgos fiscales a mediano plazo.

A partir del lunes, la soja verá una reducción en su retención del 33% al 26%, mientras que otros productos derivados como el aceite y la harina de soja disminuirán de un 31% a un 24,5%. Por su parte, el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz verán su carga impositiva bajar del 12% al 9,5%, y el girasol, que estaba gravado al 7%, pasará al 5,5%. Estas reducciones serán válidas hasta el 30 de junio de 2025, ofreciendo un alivio temporal al sector agropecuario, golpeado por la sequía y la caída de los precios internacionales.

Sin embargo, los analistas rápidamente advirtieron que la medida tiene como objetivo principal acelerar la liquidación de divisas por parte de los productores. Según algunos expertos, la verdadera intención no es tanto ayudar al sector, sino forzarlo a liquidar más rápidamente, lo cual se convierte en una manera de quemar reservas en un contexto donde el Banco Central necesita recuperar dólares de forma urgente.

Esta estrategia refleja un delicado equilibrio para el Gobierno. Al reducir las retenciones a productos clave, renuncia a ingresos fiscales importantes, lo que incrementa la dependencia de otros impuestos como el IVA, directamente ligados al consumo. Esto aumenta la presión sobre las finanzas públicas, mientras se intenta mantener el superávit primario alcanzado en 2024, pero con un costo fiscal incierto a mediano plazo.

El foco de la medida está en generar un flujo inmediato de dólares provenientes de la venta de productos agrícolas. Esto ayudaría a aliviar la brecha cambiaria y mejorar la posición del Banco Central, que hasta ahora acumuló más de u$s1.400 millones en lo que va del año. Sin embargo, la intervención en el mercado de bonos, que implicó la venta de u$s700 millones en enero, sigue siendo una estrategia costosa para contener el spread cambiario.

La reacción de los productores será clave. A pesar de los incentivos, la incertidumbre económica y la expectativa de una devaluación hacen que muchos productores duden en vender, especialmente cuando los precios en pesos no son atractivos. Durante el gobierno de Alberto Fernández, los productores recibían solo el 30% del valor internacional por sus productos, cifra que mejoró durante la gestión de Sergio Massa y que ha alcanzado el 60% con la reducción de la brecha cambiaria en la administración de Milei.

En cuanto al impacto en el sector agropecuario para el próximo año, el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) proyecta una caída en las exportaciones para 2025, que se estiman en u$s44.820 millones, lo que implicaría una disminución de u$s710 millones respecto a las expectativas para 2024. Las mayores pérdidas se prevén en el sector de cereales y oleaginosas, con una caída de u$s1.390 millones, aunque se espera que las exportaciones de carnes y economías regionales experimenten incrementos.

En el ámbito financiero, la medida de reducción de retenciones podría generar un impacto positivo en los mercados. Se anticipa una caída en los dólares financieros y un mayor interés por los bonos del Tesoro en pesos, reflejando una mejora en la confianza de los inversores hacia los instrumentos ofrecidos por el Ejecutivo. Sin embargo, en un contexto más amplio, el índice Merval ha tenido un desempeño negativo, tanto en pesos como en dólares, al igual que los ADR de empresas argentinas en Nueva York, que continúan con la tendencia bajista.

El tiempo dirá si esta estrategia, que busca equilibrar la urgencia de los dólares con la necesidad de no generar un golpe fiscal, logra dar los resultados esperados o si las tensiones económicas seguirán desafiando las políticas del Gobierno.

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