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MIENTRAS NACIÓN RECORTA EN SALUD, PBA PRODUCE MEDICACIÓN CONTRA VIH PARA RECIÉN NACIDOS

La farmacia del hospital Gutiérrez inicia la producción de nevirapina para evitar la transmisión vertical del VIH en bebés. La medida surge a raíz del recorte decidido del gobierno nacional y refleja un esfuerzo de la provincia por mantener políticas sanitarias esenciales en medio del ajuste presupuestario.

En la farmacia del hospital Gutiérrez de La Plata se siente un ambiente de agitación. Con el inicio de una nueva etapa crucial para un sector a menudo olvidado de la salud—el de los recién nacidos expuestos al VIH—, el personal está listo para enfrentar el desafío. Llegaron las máquinas, se capacitó al equipo, y la misión ya empezó. La meta es clara: producir 1200 comprimidos de nevirapina de 12 mg, ante el recorte de suministros que ha decidido la Nación.

Desde que comenzó el gobierno de Javier Milei hace ocho meses, una certeza se hizo evidente: las provincias que desean avanzar en salud, educación o ciencia deben hacerlo por sus propios medios, mientras enfrentan una recorte en las transferencias nacionales y el fin de la obra pública.

La Provincia de Buenos Aires asumió el rol de liderar la respuesta a estos desafíos, ocupando los espacios que dejó el gobierno nacional. En este caso, inició la producción de nevirapina de 12 mg para la profilaxis de la transmisión vertical del VIH en recién nacidos, ante los ajustes impuestos por La Libertad Avanza. Ahora, este medicamento se elabora en la farmacia del Hospital Gutiérrez en La Plata.

El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, explicó la importancia de esta medicación: “Es esencial para evitar la transmisión vertical del VIH en niños y niñas, y debe estar disponible desde antes de su nacimiento. La industria farmacéutica no lo produce en grandes cantidades debido a la baja demanda, así que es responsabilidad del Estado garantizar que estos bebés no sufran consecuencias fatales”.

Kreplak también destacó que este es solo un ejemplo de los muchos casos en los que, si el mercado no responde, es el Estado el que debe intervenir para asegurar el acceso equitativo a los medicamentos, sin importar la provincia en la que viva cada ciudadano. La producción propia de nevirapina refleja el esfuerzo por mantener las políticas de salud pública que se vieron afectadas por la falta de apoyo nacional.

La situación es crítica: 1200 comprimidos para 20 tratamientos deben estar listos en caso de que un bebé necesite la medicación inmediatamente tras el nacimiento. El tiempo es crucial, ya que el tratamiento debe iniciarse lo antes posible para reducir el riesgo de transmisión del VIH. La medicación es de uso excepcional y no se requiere de forma continua.

Durante este año, la Nación sólo envió ocho tratamientos con demoras y reducciones, algo que también sucedió con los medicamentos para el cáncer. En respuesta, el gobierno bonaerense anunció una inversión de $12.000 millones para ampliar la cobertura de medicamentos oncológicos, añadiendo 10 principios activos a la cobertura del Instituto Provincial del Cáncer. Esto permitirá cubrir el 98% de las solicitudes de los pacientes de la provincia.

Kreplak subrayó la necesidad de soberanía sanitaria y de una ley que promueva la producción pública de medicamentos en la provincia, dadas las dificultades actuales. El recorte de los envíos nacionales se suma al ajuste en la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP), que cuenta con 49 laboratorios y enfrentó serias dificultades tras la megadevaluación de diciembre y el DNU 70, que buscó reducir la producción pública de medicamentos.

Esta política de producción pública tiene una larga historia en Argentina, iniciada en 1916 con el Instituto Bacteriológico. El Primer Plan Quinquenal de Perón incluyó el impulso a la industria farmacéutica con la creación de la EMESTA, la primera fábrica nacional de medicamentos. A lo largo de los años, se hicieron esfuerzos por fortalecer esta política, como el decreto 3681 de Arturo Illia en 1964 y la creación del Instituto de Hemoderivados. La crisis del 2000 llevó a un aumento en la producción pública y, en 2008, se creó el Programa Nacional para la Producción Pública de Medicamentos, Vacunas y Productos Médicos, consolidado en 2014 con la ANLAP. Sin embargo, este esfuerzo enfrenta ahora un ajuste que pone en peligro estos avances.

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