Las y los trabajadores del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) protagonizaron en la tarde del jueves un «semaforazo» en pleno microcentro porteño para visibilizar la precaria situación salarial que atraviesan desde el inicio de la gestión del presidente Javier Milei.
La protesta de los trabajadores, que busca denunciar los «salarios de pobreza» y el rechazo a las «paritarias bajas», se intensificó tras la propuesta del Gobierno Nacional de un aumento del 0% para junio.
La medida de fuerza, convocada por la junta interna de ATE en el INDEC, se llevó a cabo en la transitada esquina de Cerrito y Avenida Corrientes, en la Ciudad de Buenos Aires. El gremio exigió una «recomposición salarial urgente» y convocó a otras juntas internas, movimientos territoriales y organizaciones obreras a sumarse a la manifestación.
Raúl Llaneza, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el INDEC, dialogó con la Agencia Noticias Argentinas y fue contundente en sus demandas. Llaneza manifestó que la paritaria debe ser «libre y sin techo», y reclamó «un aumento de emergencia del 103%» para «compensar» la pérdida del poder adquisitivo. Además, solicitó un «bono de $150.000 mensuales» para todos los niveles de contratación.
Desde el organismo, explicaron la urgencia de sus pedidos basándose en datos propios: «Un trabajador necesitó, en abril, $1.819.121 para satisfacer las necesidades mínimas de un hogar constituido por una pareja mayor de 30 años con dos hijos en edad escolar. Este valor se compone de $630.974 necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $1.188.147 para acceder a otros bienes y servicios básicos«. Destacaron que estas cifras provienen de sus «Canastas de Consumos Mínimos», una propuesta metodológica innovadora del INDEC, aunque aún no se han aplicado en las mediciones oficiales.
Además de la recomposición salarial, los trabajadores del INDEC exigen la «urgente» reapertura de la mesa de negociación paritaria, el pase a planta permanente para todos los contratados y monotributistas «sin quita salarial», y la reincorporación de quienes fueron despedidos.
La jornada de protesta evidencia el creciente malestar en la administración pública frente a las políticas salariales del gobierno de Javier Milei, en un contexto de alta inflación y ajuste económico.
