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FACULTAD DE PSICOLOGÍA TOMADA: MARCHA EN DEFENSA DE LA SALUD PÚBLICA Y EL FINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO

Estudiantes, docentes, no docentes y agrupaciones políticas resolvieron tomar la facultad por 48 horas como medida de protesta frente al ajuste en salud y educación por parte del Gobierno, en medio de asambleas, clases públicas y debates en torno al presupuesto universitario.

Facultad de Psicología de la UBA tomada en defensa de la salud y la educación públicas.

Bancos desperdigados sobre el asfalto de Avenida Independencia, profesores dictando clases con micrófono entre el ruido de los motores de autos que pasan o frenan en el semáforo, mientras los bocinazos de apoyo provocan aplausos y, sin querer, interrumpen la exposición teórica. El edificio de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires luce dos grandes banderas en su frente. Una, que atraviesa el frente por encima de las ventanas, anuncia: “Sin salarios dignos la UBA no funciona”. La otra, colgada en la verja de la puerta principal, declara: “Facultad tomada en defensa de la salud y la educación públicas”.

Este lunes 7 de octubre, la asamblea de Psicología, integrada por estudiantes, docentes, no docentes y agrupaciones políticas, decidió la toma de la facultad por 48 horas. La medida se cerrará con una marcha que comenzó hoy a las 10 AM, partiendo desde la sede de Avenida Independencia 3065 hacia el Congreso, donde se votará el veto de la ley de presupuesto universitario.

Aunque esta acción se coordina con otras facultades como Filosofía y Letras, el detonante en Psicología no fue solo el veto presupuestario. El anuncio del inminente cierre del Hospital Nacional en Red Lic. Laura Bonaparte, especializado en salud mental y consumos problemáticos, llegó a la asamblea como una afrenta. Es el único centro de este tipo en la Ciudad de Buenos Aires.

Por un salario digno
“A los docentes y no docentes hace tiempo que no se les paga como corresponde, les han recortado el salario drásticamente. Con la inflación y el constante aumento del transporte, corremos el riesgo de quedarnos sin gente que nos dé clases”, denuncia Florencia Barros, estudiante y consejera directiva. Barros destaca que la lucha es por los derechos de toda la comunidad educativa y convoca a quienes quieran sumarse: “No hace falta estar estudiando o pertenecer a la universidad para participar en este movimiento”.

La consejera subraya que esta no es solo una medida de Psicología, sino que se trabajó en conjunto con otros estudiantes de Filosofía y Letras, como de los colegios Nacional Buenos Aires y Pellegrini. “Llevamos semanas organizando bocinazos, participamos en movilizaciones masivas y ahora, con las clases públicas, seguimos visibilizando la crisis”, afirma.

“No queremos una facultad vacía”
Dentro de la facultad, la actividad es constante. No se suspendieron exámenes ni se cerraron oficinas. Aunque la toma es efectiva, las clases continúan en la calle o en el hall central, rodeadas de carteles y volantes. “No queremos una facultad vacía, queremos una que funcione con docentes bien pagos y aulas llenas, donde todos tengan derecho a educarse”, dice Juan Núñez, estudiante independiente y parte de la asamblea estudiantil.

Núñez resalta que muchos profesores especializados, incluso con doctorados, ganan salarios que no superan los $180.000, y que la Ley de Presupuesto Universitario es un paso mínimo hacia la dignidad. Camila Valentinuzzi, estudiante del Movimiento Sur, añade: “La universidad pública es un espacio de construcción de pensamiento crítico, una conquista histórica. Estamos acá para defender lo que tenemos y proyectar el país que queremos”.

Que nadie se quede fuera de la universidad
Lula Shiffmacher, integrante de la UJS, sostiene que el veto presidencial al presupuesto universitario movilizó a los estudiantes. “Las marchas del 23 de abril y el 2 de octubre demostraron la fuerza del movimiento estudiantil, capaz de enfrentar a Milei”, dice Shiffmacher, quien explica que la toma busca ejercer presión para revertir el veto en el Congreso. “El 85% de los docentes y el 60% de los no docentes están por debajo de la línea de la pobreza, y han perdido más de 65 puntos de salario en lo que va del año”, señala.

Florencia González, de En Clave Roja, recalca que el ataque a la universidad pública también pasa por la reducción de becas Progresar y el aumento del costo del transporte. “Defendemos la supervivencia mínima, pero también queremos una universidad inclusiva, donde nadie quede afuera”, afirma.

Un ataque a lo público
Valentina, militante de La Mella, cuenta que la noticia del cierre del Hospital Bonaparte fue un golpe duro para la comunidad. “Es el único especializado en salud mental y consumos problemáticos en el país. No podemos permitir su cierre, especialmente en un contexto donde la educación y la salud públicas están bajo ataque”, advierte.

Para Sofía Ziccardi, también de La Mella, el momento exige responsabilidad y organización. “Nuestra generación tiene la responsabilidad de no entregar nuestra educación y salud públicas. Estamos ante un ataque brutal, y la respuesta es estar organizados, en las calles y no rendirnos”, concluye.

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