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TRES POEMAS INÉDITOS DE CECILIA ERASO

LITERATURA.
Visiones del trabajo —de clásicos obreros argentinos, pero también de figuras de leyenda o de ensueño— habitan escenas breves tensionadas por la creación y la destrucción, en un juego de necesidad mutua. Con ecos de Leónidas Lamborghini, Sergio Raimondi y hasta de la gauchesca, Cecilia Eraso (Neuquén, 1978) propone un mapa social dividido entre los que intenta liberarse de su situación y los que, “enamorados” del orden de las cosas, buscan “algo nuevo para que todo siga igual”.

Decadencia de un imperio interior

En un terreno de 8,60x30 
los albañiles refuerzan 
con hormigón las medianeras.
Hacen asado, rellenan,
toman mate, rellenan,
hacen encofrado, rellenan,
viene el komatsu, rellenan,
sacan camiones, rellenan.

Desde la ventana del living 
con esa rutina constante
hago mi pacto 
mientras engendro un varón.

Al ritmo de los albañiles 
y la tierra dragada,
el hormigón que colaron,
los hierros que ingresan,
las columnas que crecen,
la tierra que vuela,
el árbol que cortan,

demuelen un paisaje 
y construyen
mi nueva realidad.


Último sueño

Soñé despierta con luditas 
asolando los telares chinos,
miles de luditas en la India
arrojando máquinas al Ganges
para darles honrosa sepultura.
Campesinas con las manos rotas
boicoteando las fumigadoras,
campesinas sembrando
amaranto entre la soja 
y unas gotitas de veneno 
en su bebida, patroncito.
¿Y qué, 
van a castigarnos?
Ah pero el daño 
ya estaría hecho.

Soñé computadoras atascadas,
maquinarias de la mente 
oxidadas por la sangre
de las vacas y los chanchos,
las gallinas picoteando 
los tableros 
para cortar la luz
para dormir, al fin.

Y a la mujer que conectaron
a una máquina en el parto 
y la máquina diciendo 
¡ella sabe lo que hace!
Y el obstetra, madrecita,
ustè’ no sabe nada, 
Escuche, doctor, lea, pero 
el doctor es solo un técnico.
Las madrecitas saboteando 
sin estar arrepentidas.  




meditación intempestiva 

Algo nuevo para que todo siga igual
piden los enamorados del mundo. 

Donde el sol derritió el hielo 
de los corazones,
donde alguna vez se festejó 
una nueva solidaridad,
luz sitiada y paredón. 

Como es afuera es adentro,
dicen en las redes. 

Cecilia Eraso nació en Neuquén en 1978. Es poeta, docente e investigadora. Da clases de poesía en la carrera de Artes de la Escritura (UNA), de Taller de expresión 1 en la carrera de Comunicación Social (UBA) y de Literatura en escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires. Coordina “El hilo dorado”, un taller literario para adolescentes. También co-editó las revistas El interpretador y Mancilla

Publicó Plutón canta (Funesiana, 2010), Monoambiente (VOX, 2013), Pistas (Determinador rumor, 2012) e Intimidad del mundo (Zindo&Gafuri, 2014).

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