El Fondo estima una caída del 3,5%. Esta revisión se debe a la fuerte contracción del PBI en el primer trimestre y a la disminución del consumo e inversión privada. A nivel global, el crecimiento será del 3,2% este año, aunque persisten desafíos inflacionarios.
El Fondo Monetario Internacional ha revisado a la baja sus previsiones sobre la economía argentina para 2024, estimando ahora una caída del 3,5%. Este ajuste se detalla en el último Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), actualizado trimestralmente por el organismo. La previsión anterior, de abril, indicaba una disminución del 2,8%, pero el desplome del 5,1% del PBI en el primer trimestre, bajo la administración de Javier Milei, influyó en la revisión.
Las principales causas de esta caída incluyen la disminución del consumo tanto público, debido a un ajuste fiscal, como privado, afectado por la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados. Esta falta de demanda también ha reducido la inversión privada.
Argentina es el único país de los 30 más representativos en el anexo estadístico que experimentará una contracción de la actividad económica este año. En contraste, se proyectan crecimientos del 2,1% y 2,2% para Brasil y México respectivamente, mientras que para América Latina en conjunto se espera un crecimiento del 1,9%.
Para 2025, el FMI prevé una recuperación significativa para Argentina, con un crecimiento estimado del 5%. “Esperamos que el crecimiento repunte debido a los efectos del ajuste fiscal, el retorno de la confianza y el aumento de los salarios reales”, comentaron los voceros del FMI en la conferencia de prensa del informe.
Esta previsión de recuperación coincide con el documento enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso, que estima una caída del 3,5% en la actividad para 2024, una inflación del 139,7% y un dólar oficial a $1.016 para fin de año.
Crecimiento Global y Desafíos Persistentes
A nivel global, el FMI prevé un crecimiento del 3,2% para este año y del 3,3% para 2025. Sin embargo, el informe titulado “La economía mundial contra las cuerdas” refleja un panorama menos optimista. El documento señala que “el ímpetu de la desinflación mundial se está desacelerando”, sugiriendo que la inflación post-pandemia entró en una pausa, la cual, según la visión monetarista del FMI, solo se corregirá con tasas de interés elevadas.
“La inflación de los servicios lastra la desinflación y complica la normalización de la política monetaria. En consecuencia, aumenta el riesgo de una mayor inflación y se perfila un panorama de tasas de interés más altas durante más tiempo en medio de crecientes tensiones comerciales e incertidumbre al alza respecto de las políticas”, advierte el equipo de economistas liderado por Pierre-Olivier Gourinchas, director del Departamento de Estudios del FMI. “La combinación de políticas debe secuenciarse con detenimiento para lograr la estabilidad de precios y reponer unas reservas mermadas”, añadió.