”La Feliz” atraviesa un inicio de temporada con bajas reservas y altos costos, lo que afecta el turismo de la clase trabajadora. Más allá de las declaraciones del Gobierno, la crisis económica y la competencia de destinos como Brasil complican la situación.
A pesar de los esfuerzos del secretario de Turismo, Daniel Scioli, por promover una temporada exitosa, Mar del Plata comienza el verano con bajas reservas y dificultades económicas. En la primera quincena de enero, la ocupación hotelera alcanzó apenas el 60% durante los días de semana, y solo superó el 80% los fines de semana, con muchos establecimientos vacíos incluso con grupos de contingentes. Los altos precios de las carpas, que varían entre 70.000 y 115.000 pesos por día, y el elevado costo de la gastronomía en comparación con destinos como Brasil, afectan el inicio de la temporada.
El clima, que en diciembre solo tuvo dos días de sol pleno, también jugó en contra, y las playas se vieron vacías en los primeros días de 2025. Los comerciantes esperan un repunte hacia la segunda quincena de enero, pero el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, Jesús Osorno, advirtió que la temporada podría ser “floja”, citando la macroeconomía y la competencia de destinos internacionales como Brasil.
La clase media, que históricamente representa una parte importante del turismo local, está optando por alternativas más económicas, como alquilar casas o departamentos entre varias familias y cocinar en lugar de comer en restaurantes. En este contexto, los precios en Mar del Plata, tanto en gastronomía como en servicios, se ven poco competitivos en comparación con Brasil.
Mientras tanto, Scioli defiende públicamente la temporada, calificándola de “éxito rotundo” a pesar de las señales preocupantes. Sin embargo, la eliminación de los feriados puente y los altos costos continúan siendo factores clave que limitan la llegada de turistas.
En las playas, las carpas de la zona sur, como las de Punta Mogotes, tuvieron un aumento significativo en los precios de alquiler, pasando de 500.000 pesos el año pasado a casi 1,7 millones en 2025, lo que agrava aún más la situación. Los comerciantes y empresarios se aferran a la esperanza de que la llegada del carnaval logre mejorar los números, aunque el panorama sigue siendo incierto.