El ingreso violento ocurrió durante la madrugada en el edificio del SEIVARA. Las oficinas del secretario general fueron destruidas y el gremio denunció un claro mensaje de intimidación en medio del conflicto por la reforma laboral.
En plena discusión del proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno y a pocos días de la movilización convocada por la CGT a Plaza de Mayo, la sede del Sindicato del Vidrio (SEIVARA) sufrió un ataque deliberado. El hecho ocurrió durante la madrugada del domingo en el edificio ubicado sobre la avenida Garay, en la Ciudad de Buenos Aires, y tuvo como blanco principal las oficinas de su secretario general, Cristian Jerónimo, integrante del triunvirato que conduce la central obrera.
Según informó el gremio en un comunicado, los atacantes ingresaron de manera planificada desde un edificio lindero, inutilizaron las cámaras de seguridad y accedieron por la terraza. El recorrido y los destrozos, detallaron, evidencian un accionar que excede largamente un robo común. “La oficina de Jerónimo fue destruida y arrasada”, señalaron desde la conducción sindical.
Para el SEIVARA, el ataque debe leerse en un contexto político preciso: Jerónimo sostuvo una postura pública y firme de rechazo al proyecto de reforma laboral “en todos sus puntos”, una iniciativa que la CGT considera abiertamente antisindical. En ese marco, el episodio fue interpretado como un mensaje de intimidación dirigido no solo al dirigente sino al conjunto del movimiento obrero organizado.
El secretario general reclamó una investigación urgente y pidió la intervención de la Justicia a través de la fiscalía de turno, a cargo de César Troncoso. Desde su entorno aclararon que Jerónimo se mantuvo cauto en sus declaraciones y remarcó su respeto por los tiempos judiciales, aunque advirtió que la coincidencia entre el ataque y el clima político resulta altamente sospechosa.
Desde el sindicato recordaron además que Jerónimo, con 41 años, es el dirigente más joven en integrar la conducción de la CGT, y subrayaron que el hecho no altera el rumbo del plan de lucha. “Lejos de amedrentarnos, refuerza la convicción de seguir adelante con la movilización del 18 y con la defensa de los derechos laborales”, afirmaron, frente a una reforma impulsada sin instancias reales de diálogo por parte del Ejecutivo.
