Los datos al cierre de 2024 son más elevados que los que había en diciembre de 2023. Entre los rubros afectados, la actividad rural, la construcción y los hoteles y restaurantes son los que menos trabajadores registrados tienen.
Los últimos datos oficiales correspondientes al cierre del cuarto trimestre de 2024 revelan una preocupante realidad en el mercado laboral argentino: 5,6 millones de asalariados se encuentran en situación de informalidad, lo que representa el 34,5% del total de trabajadores en relación de dependencia. Si bien esta cifra podría interpretarse superficialmente como una estabilidad en comparación con períodos anteriores, un análisis más profundo revela un incremento constante del empleo no registrado, erosionando los derechos laborales y la calidad del empleo.
Un año atrás, en el cuarto trimestre de 2023, la proporción de asalariados no registrados era del 33,8% del total. La comparación interanual expone una dinámica inquietante: la cantidad total de asalariados (registrados y no registrados) experimentó una leve caída del 0,5%, pasando de 17,1 millones a 16,9 millones. Sin embargo, la pérdida de empleo registrado fue significativamente mayor, alcanzando un 1,5%, lo que redujo su participación del 66,2% al 65,5% del total. En contraste, el número de asalariados no registrados creció un 1,3%, evidenciando una tendencia hacia la precarización del mercado laboral.
La situación se torna aún más crítica al focalizar la atención en el empleo asalariado privado. Según el informe «Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra» del INDEC, el sector público prácticamente no registra informalidad laboral, donde la precarización se manifiesta principalmente a través de contratos a plazo fijo que dificultan el acceso a la planta permanente. Por lo tanto, la totalidad del trabajo asalariado no registrado se concentra en el sector privado.
Al cierre del cuarto trimestre de 2024, de los 13,2 millones de asalariados empleados en el sector privado, 5,8 millones se encontraban en la informalidad, representando un alarmante 44,5% del total. Esta cifra supera el 43,5% registrado en el mismo período del año anterior, confirmando una profundización de la precariedad en el ámbito privado.
Este incremento de la informalidad laboral se da en un contexto de crisis de empleo generalizada durante 2024, caracterizada por la destrucción de puestos de trabajo asalariado registrado. En este escenario, las empresas parecen haber recurrido a la contratación informal como una estrategia para reducir costos laborales, trasladando el peso de la crisis económica a sus trabajadores, con la consecuente precarización de las condiciones laborales y la erosión del salario real.
Un indicador adicional de esta intensificación de la explotación laboral se observa en el aumento de las horas extras trabajadas, especialmente entre los trabajadores no registrados. A pesar de la disminución general del empleo asalariado, las horas extras totales crecieron un 4,28% entre el cuarto trimestre de 2023 y el mismo período de 2024. La disparidad entre el sector registrado (3,58% de aumento en horas extras) y el no registrado (un significativo 5,93%) sugiere que las empresas no solo incrementaron la contratación informal, sino que también aumentaron la carga de trabajo sobre este segmento más vulnerable.
Otra arista de la precarización laboral se manifiesta en el crecimiento del empleo no asalariado, una categoría amplia que el INDEC no desagrega detalladamente. Este universo incluye tanto a profesionales independientes como a trabajadores que, si bien son clasificados como «independientes» por la estadística oficial, en muchos casos se trata de asalariados encubiertos bajo la figura del monotributo o facturación, una práctica común para evadir las obligaciones laborales.
Al cierre de 2024, de los 19,4 millones de puestos de trabajo en el sector privado, aproximadamente 6,2 millones correspondían a no asalariados. Considerando que la cantidad de autónomos (profesionales) registrada por la Secretaría de Trabajo no supera los 400 mil, se infiere que una vasta mayoría de estos 6,2 millones son trabajadores con vínculos laborales precarios.
Un análisis sectorial revela que la actividad rural encabeza el ranking de informalidad laboral, con solo el 33,4% de sus asalariados registrados, lo que implica que dos de cada tres trabajadores rurales se encuentran en la informalidad. Le siguen la construcción, con un 40,7% de asalariados registrados y un 59,3% no registrados, y el sector de hoteles y restaurantes, con un 45% registrado y un 55% no registrado.