Este miércoles, los 133 cardenales de 70 países con derecho a voto (todos menores de 80 años) iniciaron formalmente al rito milenario de la Iglesia Católica donde se elegirá al sucesor del papa Francisco.
Con la partida del papa Francisco, la Iglesia Católica se adentra en el solemne y complejo proceso de elección de su nuevo líder espiritual. El cónclave, esa reunión a puerta cerrada cargada de historia y tradición, comenzó este miércoles 7 de mayo, en medio de mucha expectativa. En esta ocasión, 133 cardenales provenientes de 70 naciones distintas convergen en el Vaticano, conformando un crisol de culturas y sensibilidades que refleja la universalidad del catolicismo contemporáneo.
La diversidad del cuerpo electoral es palpable en la figura de sus miembros más jóvenes y más ancianos. Mykola Bycok, arzobispo greco-católico de Ternopil-Zboriv en Ucrania, con tan solo 45 años, representa la vitalidad y los desafíos de una Iglesia presente en zonas de conflicto. En el otro extremo, el español Carlos Osoro Sierra, arzobispo emérito de Madrid, aporta la sabiduría y la experiencia de sus años al servicio de la fe.
Un factor determinante en este cónclave es la significativa impronta del papado de Francisco. De los cardenales electores, una abrumadora mayoría – 107 – fueron elevados al cardenalato por el actual pontífice, lo que sugiere una potencial continuidad en la visión y el rumbo de la Iglesia. Los cardenales restantes fueron designados por sus predecesores: 21 por Benedicto XVI y apenas 5 por Juan Pablo II. Esta distribución de nombramientos podría influir en las dinámicas internas y en la elección del sucesor.
En el abanico de posibles candidatos, varios nombres resuenan con fuerza, especialmente dentro del contingente italiano. Pietro Parolín, quien fuera el influyente Secretario de Estado de Francisco, goza de un amplio reconocimiento entre sus pares y se estima que podría recabar alrededor de cincuenta votos, gracias a su perfil moderado y su vasta experiencia en la diplomacia vaticana. Por su parte, Matteo Maria Zuppi, arzobispo de Bolonia, también captó la atención por su sensibilidad hacia las problemáticas del mundo laboral y su compromiso social.
Sin embargo, la elección del próximo Papa no se circunscribe a las fronteras italianas. La composición global del cónclave dibuja un escenario complejo y multipolar. Europa aporta el bloque más numeroso con 60 cardenales, seguida por Latinoamérica con 23, un continente con un peso creciente en la Iglesia. América del Norte, incluyendo Estados Unidos y Canadá, suma 12 electores. África y Asia, con 15 y 20 cardenales respectivamente, representan la vitalidad y el crecimiento del catolicismo en el hemisferio sur. Finalmente, Oceanía contribuye con 3 cardenales.
¿Cómo es el proceso de votación en el cónclave?
Los cardenales reciben una papeleta en blanco y escriben de puño y letra un solo nombre, bajo la frase “eligo in Summum Pontificem”. Depositan su voto en una urna tras jurar: “Invoco a Cristo el Señor, que me ha de juzgar, por testigo de que mi voto se da al que, según Dios, creo que debe ser elegido”.
Las papeletas se cuentan y, si el número no coincide con el de votantes, se destruyen y se repite la votación. Si hay coincidencia, se leen en voz alta y se queman. El humo negro indica que no hay nuevo Papa, mientras que el humo blanco anuncia que uno de los candidatos fue elegido.
¿Cuántas votaciones puede haber por día?
Después de la primera votación de esta tarde, habrá cuatro votaciones por día: dos por la mañana y dos por la tarde, con dos fumatas diarias. Si se alcanza el quórum, se anunciará el nuevo Papa con el tradicional “Habemus Papam” desde la Logia de la Basílica de San Pedro.