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DOCENTES Y ESTUDIANTES LE DAN CÁTEDRA A MILEI: CLASES PÚBLICAS EN PLAZA DE MAYO

En una Plaza de Mayo transformada en aula abierta, estudiantes y docentes de la universidad pública se reunieron en una jornada de clases frente al avance del recorte presupuestario y las políticas libertarias. Bajo un sol abrasador defendieron con fuerza y convicción el derecho a la educación gratuita y crítica.

Estudiantes y docentes se reunieron ayer en las clases públicas dictadas en Plaza de Mayo, en defensa de la universidad pública.

La universidad de la calle da clases en plena Plaza de Mayo. Bajo el ardiente sol de ayer, la plaza se transformó en un aula abierta, un ágora de saberes y resistencia popular. Profesores y estudiantes, en lucha contra el oscurantismo y el recorte presupuestario de los libertarios, imparten una lección magistral.

Cristian Antiba, profesor de Electrónica Experimental, se refugia bajo la sombra débil de un árbol mientras expone su postura: “Argentum virtus robur et studium”, repite con convicción. “La virtud argentina es la fuerza y el estudio. De ahí venimos. Este ataque no nos va a vencer”, asegura. Cristian vino desde Rosario para aportar su conocimiento a las cien clases públicas que brotaron frente a una Casa Rosada cercada. A su alrededor, Federico y Lucas, dos estudiantes de Física, asienten. Saben que para defender a la universidad la respuesta debe ser colectiva: “Es un ataque ideológico y económico. La educación pública molesta porque enseña a pensar. Y para algunos, eso no es negocio”.

A pocos metros de los oficiales de la Policía Federal, Flavia Prietto, ayudante de Biofísica, sigue con su clase sobre calorimetría y termodinámica. Con apenas 101 mil pesos mensuales por 10 horas de trabajo en el CBC, denuncia que muchos docentes se ven obligados a renunciar. “Nos están desfinanciando. No hay recursos para investigar”, afirma mientras sigue con su lección. Un uniformado escucha con atención, quizá recordando las palabras de algún amigo que le aconsejó: “Estudiá, no seas policía”.

Juan Manuel, arquitecto egresado con honores de la UBA, sostiene un cartel que reza: “Milei, la UBA también tiene las facultades alteradas”. Hace un rato, el presidente fue abucheado desde el balcón de la Casa Rosada, sin recibir un solo saludo por su cumpleaños. En cambio, le dedicaron un grito de resistencia: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode”. Juan Manuel, con determinación, concluye: “Quieren un pueblo de ovejas para que el león se las coma. Nos llevan al matadero, pero yo estoy acá para pelear”.

Entre los manifestantes, el profesor Pablo Fernández Larrosa, que enseña Neofisiología Integrativa, se suma al reclamo. “Hablan de buenas noticias cuando hay un 55% de pobreza. Es cínico. No buscan el bienestar común”, dice indignado. Mientras observa la Casa Rosada, agrega: “No hay evidencia científica que respalde sus ideas. Nos llevan a tiempos oscuros. Los docentes renuncian, los estudiantes temen tener que pagar por su educación. Debemos seguir unidos en defensa de la educación pública”.

Sofía y Pilar, estudiantes de Biología, finalizan su clase de Fitopatología bajo el sol abrasador, aprendiendo sobre bacterias y hongos. Pero también se llevan consigo otros conocimientos. Con voz firme, concluyen: “Estuvimos en las marchas y tomas, y hoy en las clases públicas. Profes y estudiantes estamos juntos, defendiendo nuestro futuro y el del país. ¡Viva la universidad pública!”.

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