DÓLAR: PESE AL RESCATE DE TRUMP Y BESSENT, LA CORRIDA NO SE DETIENE

Las cotizaciones paralelas subieron entre 1% y 2,75%, mientras el Tesoro estadounidense volvió a intervenir con una venta de U$S 200 millones. Aun con tasas cercanas al 100%, los inversores siguieron dolarizándose y el mercado da por descontada una devaluación después de las elecciones.

Las cotizaciones paralelas subieron entre 1% y 2,75%, mientras el Tesoro estadounidense volvió a intervenir con una venta de U$S 200 millones. Aun con tasas cercanas al 100%, los inversores siguieron dolarizándose y el mercado da por descontada una devaluación después de las elecciones.

Ni la tercera intervención del Tesoro de Estados Unidos ni las tasas de interés en torno al 100% lograron frenar la presión cambiaria. Este jueves, las distintas variantes del dólar registraron alzas: el blue subió 1% y el MEP escaló 2,75%, en una jornada marcada por la persistente demanda de cobertura en moneda norteamericana.

Scott Bessent, titular del Tesoro norteamericano, dispuso una nueva venta de U$S 200 millones para contener el dólar mayorista, que llegó a tocar los $1430 antes de retroceder a $1400. Con esta operación, las tres intervenciones acumuladas suman U$S 540 millones, según estimaciones privadas. Aun así, los inversores no retomaron la confianza en la estrategia de Luis Caputo ni en el esquema de bandas cambiarias impulsado por el gobierno de Javier Milei.

En los mercados de futuros, las apuestas se concentran en una suba del tipo de cambio después del 26 de octubre, fecha de las elecciones. El banco Morgan Stanley ubicó el escenario “benigno” en $1700 por dólar hacia fin de año, muy por encima del techo oficial de $1538. La dolarización de carteras se profundizó con el pago de 2,1 billones de pesos en bonos no refinanciados, buena parte de los cuales fue volcada al dólar financiero.

Mientras tanto, los bonos soberanos mostraron altibajos y el riesgo país se mantuvo por encima de los 1000 puntos básicos, reflejo de la desconfianza externa. Pese al respaldo explícito de Washington, el mercado argentino continúa leyendo las señales del Gobierno como insuficientes y da por hecho que, tarde o temprano, el peso volverá a devaluarse.

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