EFECTO FMI: QUIÉNES PAGARÁN EL AJUSTE EN EL 2025, SEGÚN LA LETRA CHICA DEL ACUERDO

El reciente acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece metas fiscales ambiciosas para el presente año, con el objetivo central de alcanzar un superávit primario del 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI). Si bien el acuerdo prevé un superávit financiero nulo, tal como se anticipaba, lograr este equilibrio representará un desafío significativo…

El reciente acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece metas fiscales ambiciosas para el presente año, con el objetivo central de alcanzar un superávit primario del 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI). Si bien el acuerdo prevé un superávit financiero nulo, tal como se anticipaba, lograr este equilibrio representará un desafío significativo para el Ministerio de Economía, incluso considerando la aspiración del presidente Javier Milei de elevar el superávit primario al 1,6% del PBI.

Según el programa económico respaldado por el directorio del FMI, la magnitud del ajuste fiscal en 2025 será menor en comparación con el año anterior, estimándose en un 0,5% del PBI, frente al 1,8% registrado en 2024. Esto implica que, para mantener el nivel de superávit primario del año pasado, el gobierno necesitaría implementar medidas de ajuste adicionales equivalentes a un 1% del PBI.

La consecución del superávit primario del 1,3% proyectado se sustenta en diversas fuentes, donde se estima que un 46% del esfuerzo provendrá directamente de los consumidores, quienes deberán afrontar la eliminación total de los subsidios a la energía y posiblemente a otros servicios.

Un aspecto crucial del acuerdo con el FMI es que constituye el primer esquema oficial detallado de ingresos y gastos para la Argentina en 2025. Esto se debe a que el gobierno optó por prorrogar el Presupuesto 2023 para el ejercicio actual. En este sentido, el documento del organismo multilateral explicita las proyecciones de gasto público y las fuentes de financiamiento, expresadas como porcentajes del PBI.

El análisis del FMI advierte sobre una contracción de los ingresos totales equivalente al 1,3% del PBI, principalmente debido al desmantelamiento de ingresos extraordinarios que se percibieron en el año precedente. Dentro de esta disminución, la eliminación del Impuesto PAIS representa una merma del 1,1% del PBI. Adicionalmente, se estima que el efecto licuación generado por la devaluación de 2023, que aportó un 0,2% del PBI, también se perderá en el presente ejercicio. Asimismo, las rebajas de impuestos y anticipos contemplados en el paquete fiscal implementado en 2024 dejarán de contribuir con otro 0,2% del PBI en 2025.

En contrapartida, las retenciones a las exportaciones se proyectan como un factor positivo, generando un incremento de ingresos del 0,2% del PBI debido a una base de comparación más baja con el año anterior.

La promesa del presidente Javier Milei de alcanzar un superávit primario del 1,6% del PBI en 2025, superando en 0,3 puntos porcentuales lo acordado con el FMI, implicaría un ajuste fiscal adicional, elevando el esfuerzo total al 0,8% del PBI en lugar del 0,5% previsto inicialmente. Esta diferencia, de concretarse, se traduciría directamente en un superávit fiscal.

Sin embargo, los analistas económicos expresan incertidumbre sobre las fuentes de financiamiento para alcanzar este objetivo más ambicioso. Algunas hipótesis sugieren que el congelamiento del bono de $70.000 para jubilados, en un contexto de mayor inflación tras la modificación del régimen cambiario, podría licuar parcialmente el gasto previsional. En cuanto a la generación de mayores ingresos, se especula con la posibilidad de una reducción de los gastos tributarios, es decir, la eliminación o disminución de exenciones y beneficios impositivos existentes.

Es importante destacar que el cumplimiento de estas metas fiscales estará condicionado por diversos factores macroeconómicos, incluyendo la evolución de la inflación, el nivel de actividad económica, el tipo de cambio y la capacidad del gobierno para implementar las medidas de ajuste y recaudación previstas. El monitoreo continuo por parte del FMI y de los analistas será fundamental para evaluar la trayectoria fiscal de Argentina en el transcurso de 2025.

Sin margen para bajar impuestos:

Según señala el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en años sucesivos, “el ajuste fiscal en el resultado primario se incrementa de manera significativa”.

“En 2026 asciende a 2,2% y en 2027 a 2,5%. Si bien el ajuste fiscal es de 0,9% entre 2025 y 2026, éste no se traduce en mejora del resultado financiero: «la diferencia son servicios de deuda”, explica el informe. Es decir que la mayor parte del dinero sobrante se va a dirigir a pagar intereses de deuda.

De esa manera, al Gobierno le quedará escaso margen en los próximos años para ensayar rebajas de impuestos importantes, como prometió en algún momento el presidente Javier Milei en campaña. De hecho, se señala que como resultado de la reforma fiscal van a subir. En principio, este año y el próximo destinará lo que le sobre a pagar intereses. Recién en 2027 tendrá un superávit financiero de 0,4 del PBI en adelante.

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