Las lecturas dentro y fuera del gobierno respecto del último paro general de la CGT, la apelación del presidente MIlei a la lírica for export y la encrucijada de Luis Caputo, por Martín Gambarotta.
El jueves hubo un paro general de la CGT en contra de las políticas del Presidente libertario Javier Milei. La huelga disparó todo tipo de comentarios y con eso bastó para que ocupe el centro de la escena. El Diputado de La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert le dijo “simio” al camionero Pablo Moyano. “Sindigarcas, hijos de puta es poco”, escribió Espert en las redes sociales. “Que se dejen de joder y vayan a laburar”, dijo la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Bullrich habló como una patrona. La huelga le jode. El Ministro de Economía Luis Caputo también se cruzó con Moyano. Caputo lo tildó de matón después de que Moyano lo comparara con el asesino Barreda. Milei optó por ser más sutil y notó que en hebreo faraón se dice paro.
Los medios oficialistas mientras tanto trataban de dimensionar la efectividad del paro asomándose por la ventana para ver si había algún kiosco abierto y “movimiento en la calle”. El paro general es una práctica que en la historia moderna se remonta a la huelga contra la dictadura en 1979. El cese de actividades ordena a la oposición y le envía una señal de alarma al gobierno. “Les dolió”, dijo Moyano. La prensa oficialista lo llamó “un fracaso”.
Por lo pronto la huelga tensionó el debate de la ley ómnibus en comisión en el Senado cuando los senadores kirchneristas no fueron a la reunión el día del paro. El gobierno idealmente necesitaba un dictamen rápido para que la ley se apruebe en el Senado antes del “Pacto de Mayo” que tendrá lugar el Córdoba el 25 de Mayo. Pero en comisión hay cuestionamientos al impuesto a las ganancias y al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Hubo una reunión de emergencia entre el Ministro del Interior Guillermo Francos y el Senador Radical Martín Lousteau para intentar enmendar la situación. Para los que se oponen el régimen es demasiado generoso con los inversores. No hubo dictamen el día del paro y el gobierno casi que se resigna a que la ley no esté aprobada para el día del “Pacto de Mayo” que tiene planeado con los gobernadores amigos
La CGT, en la conferencia de prensa para evaluar la huelga, instó al gobierno a cambiar sus políticas. “Nos están llevando a un extremo”, dijeron. El problema de la CGT es que carece de un líder carismático que pueda llevar adelante las protestas. Lo que convoca es el sello de la CGT y los gremios en su conjunto. La inflación está bajando pero la caída de la industria y la construcción es estrepitosa. Milei osó decir que los salarios le ganan a la inflación, pero eso por ahora no es real.
Las tensiones salariales llegaron hasta el banco BICE donde se desató una crisis institucional cuando una asamblea planeaba aumentar los ingresos de los ejecutivos. Si las cosas no mejoran el próximo paro general puede darse por presión de las bases. Los salarios son de miniatura y se desintegran contra la inflación dolarizada.
El viernes hubo un choque de trenes en Palermo (sin víctimas fatales) lo que encendió una discusión entre los que culpan los recortes de Milei y los que hablan de años de desidia en Trenes Argentinos.
“Milei dio un discurso bajo el título “Oda al capitalismo.” Lo que no es ninguna oda al capitalismo es el conflicto entre Caputo y las generadoras de energía eléctrica.”
Milei empezó la semana viajando a una conferencia en los Estados Unidos, una de sus actividades favoritas ya que se considera “el segundo presidente más popular del mundo”. Dio un discurso bajo el título “Oda al capitalismo.” Ya tendría que saber entonces que la historia del capitalismo está plagada de huelgas y de confrontación con los sindicatos. Tuvo otra reunión con el jefe de Tesla Elon Musk, quien llamó a invertir en Argentina.
Lo que no es ninguna oda al capitalismo es el conflicto entre Caputo y las generadoras de energía eléctrica. Caputo les reperfiló una deuda emitiendo un bono en dólares que madura en 2038. Los ejecutivos no se lo perdonaron y hablaron abiertamente de falta de seguridad jurídica y violación de contratos. Los mercados temblaron. Las empresas están recibiendo llamados de preocupación desde exterior. Mientras que Milei le canta con una lira al capitalismo, Caputo le da patadas en los tobillos con su restructuración compulsiva.
Caputo ahora tiene que lidiar con rumores sobre su renuncia que se acrecentarán si no le encuentra una salida al cepo cambiario.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se lanzó a la ofensiva durante la semana desde el Instituto Patria diciendo que le superávit fiscal de los primeros tres meses era “trucho” precisamente porque Caputo no le estaba pagando a las energéticas. Fernández de Kirchner apareció otra vez el sábado y llamó a hacer “docencia” en los barrios para alertar sobre la dimensión de la crisis.