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INJUSTICIA SOCIAL POR MARTÍN GAMBAROTTA

Los nuevos falangistas libertarios, la agenda diplomática visionaria del presidente, el cruce Caputo-Cristina, vuelos cancelados y una adicción a la dicción arriba de los escenarios; por Martín Gambarotta.

Ya hay que mirar las encuestas con una lupa. La popularidad del Presidente libertario Javier Milei está bajando lo que dispara diferentes interpretaciones. ¿Razones? La pobreza subió 11 puntos en los primeros seis meses del gobierno de Milei y ahora mide 52,9%. El presidente sonó la campana en la bolsa de Nueva York y su foto fue tapa del Wall Street Journal. ¿Qué más puede hacer la prensa bursátil a favor el anarcocapitalista? El Financial Times fue más cauto y analizó lo obvio: la popularidad presidencial baja, la pobreza sube. Esto indignó al dueño de Mercado Libre Marcos Galperín que acusó, en inglés, al diario de Woke (progresista). El momento es complicado y la ultraderecha argentina, los nuevos falangistas como Galperín, comienzan a ver zurditos hasta en la redacción del diario financiero más importante del mundo. Para otros, las cifras de pobreza demuestran que el liberalismo es el nuevo pobrismo. Practica la injusticia social. La postura oficial del gobierno ante la pobreza es que si no se evitaba una hiperinflación, debido a la herencia del gobierno peronista de Alberto Fernández, la pobreza sería mucho más alta. Según el vocero presidencial Manuel Adorni la herencia era tan mala que una pobreza del 95% era factible. El Gobierno puede tratar de refutar las malas noticias simplemente especulando con palabras porque todavía no cumplió un año en funciones, pero el tiempo de las excusas se acaba para todos. Eso incluye a Milei que todavía se comporta como si fuera todopoderoso. Cuando salió la cifra de la pobreza, el Gobierno estaba entretenido en recibir a la estrella televisiva Susana Giménez, una derechista que declaró estar “a muerte” con Milei, en la Casa Rosada.

A comienzos de la semana Milei habló ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y confirmó que Argentina no adhiere al así llamado Pacto para el Futuro, un paquete de medidas acordadas por la comunidad internacional en su conjunto para abordar temas como el cambio climático. Argentina, según la Canciller Diana Mondino, “se disocia” del pacto, lo que equivale a decir que se aparta del mundo de una manera un tanto disfuncional. Así, el país se distancia de naciones como los Estados Unidos, Francia, Irlanda y Alemania. Para los libertarios esto confirma la condición visionaria de Milei que se atreve a avanzar por un camino que tarde o temprano, según ellos, seguirá el resto del mundo. Milei también dijo que Argentina ya no es más “neutral”, lo que debe ser entendido como un apoyo a Israel.

En otro discurso ante inversores en Nueva York Milei habló otra vez del control de capitales, el cepo cambiario. “El cepo lo vamos a liberar cuando la tasa de inflación que tiene el programa macroeconómico sea cero”, dijo. Esto desconcertó a los mercados que bajaron. La prensa tradujo la declaración como “el cepo baja cuando la inflación sea cero”, que no es exactamente lo que dijo Milei en su discurso cargado de jerga.

Hubo una nueva reunión con Elon Musk, el fabricante de autos eléctricos y pionero espacial. La novedad es que esta vez Musk anunció que está explorando y considerando inversiones en Argentina. Musk viene de capitular en su batalla legal contra Brasil. Es el triunfo de una nación sobre un billonario que se creía lo suficientemente poderoso como para vencer a las cortes de Brasil, simplemente desafiándolas en su red social X haciendo pasar la desinformación por libertad.

Milei practica algo parecido en X. El presidente retuiteó un texto que acusaba falsamente a la organización kirchnerista La Cámpora de provocar los incendios en Córdoba. Nunca se desdijo a pesar de que las autoridades cordobesas confirmaron que la historia era mentira. Para el kirchnerismo el incidente es una prueba más de que lo mejor hace el presidente es “boludear” en X, algo a lo que Galperín también le está tomando el gusto. Máximo Kirchner, líder de La Cámpora, le respondió al presidente y le recordó que la modificación de la Ley del Manejo del Fuego, que evita especulaciones inmobiliarias con tierras incendiadas, fue promovida por su agrupación.

Otro funcionario que está muy activo en las redes sociales es el ministro de Economía Luis Caputo. Caputo en la semana se cruzó con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre temas económicos. Caputo se despachó con la anacrónica frase “tenía razón tu marido cuando decía que no sabias nada de economía”. Fernández de Kirchner lo trató de “misógino” y “bobo”. La expresidenta está dispuesta a plantarse a discutir con el Gobierno en un momento en el que comienza a medir bien en las encuestas, en especial en el conurbano.

La pobreza muerde porque muchas paritarias están pisadas sobre todo en el sector del Estado. El ministro de Desregulación Federico Sturzenegger ya anunció que se viene la aplicación de una “motosierra profunda”. Los trabajadores universitarios están pidiendo aumentos y el conflicto encima viene con la posibilidad de un veto de la ley de financiamiento universitario, diseñada para que los trabajadores del sector no pierdan poder adquisitivo. La respuesta del Gobierno es lanzar la versión que planea transferir las universidades nacionales a las provincias. Es evidente que el plan de Milei se trata de licuar a la universidad pública. Se vienen protestas en la calle que pueden ser masivas.

El Gobierno puede tratar de refutar las malas noticias simplemente especulando con palabras porque todavía no cumplió un año en funciones, pero el tiempo de las excusas se acaba para todos. Eso incluye a Milei que todavía se comporta como si fuera todopoderoso.

Mucho puede depender de cómo se comporte la inflación hasta fin de año. Caputo dice estar ganando la batalla contra la suba de precios, pero la inflación no baja del 4% mensual.

El verano será dominado por dos temas: dengue y posibles cortes de luz. Combatir el dengue requiere de una planificación estatal, algo que Milei detesta. El jueves renunció el ministro de Saludo Mario Russo. Lo reemplaza Mario Lugones, exdirector del Sanatorio Güemes y cercano al asesor presidencial Santiago Caputo. Le guste o no, el Estado libertario tiene que planificar la vacunación contra el dengue este verano. La administración Milei también avisó que puede haber cortes de luz. El jefe de Gabinete Guillermo Francos llegó a decir que no descartaban “cortes programados”. Otros funcionarios salieron a negarlo. Francos, un veterano operador político que tiene sus raíces en el Partido Federal, está corriendo atrás de los acontecimientos. Ya le pasó cuando sugirió reformas a las restricciones que Santiago Caputo le impuso a la ley de acceso a la información pública.

A Milei le gusta discutir en todos los frentes, incluso en el escenario mundial de las Naciones Unidas. En casa está en guerra con los pilotos de la estatal Aerolíneas Argentinas que lanzaron un plan de lucha por reclamos salariales. A los pilotos y otros gremios del sector les pasa lo evidente: sus salarios pierden contra la inflación. El Gobierno no quiere ceder y anunció que Milei firmará un decreto para habilitar la privatización de la compañía. El partido de centroderecha PRO, por momentos aliado de Milei, ya presentó un proyecto para privatizar la compañía. Los pilotos luchan. Una corte impuso una cautelar en contra de declarar esencial el servicio de aeronavegación. El Gobierno personalizó la batalla en el líder de los pilotos, Pablo Biró. Pero destruir a Biró no lleva a nada, simplemente será reemplazado por otro sindicalista. Privatizar una empresa tampoco termina con los conflictos gremiales. Algunos técnicos del PRO, el partido liderado por el expresidente Macri, proponen quebrarla.

Los gremios del transporte mientras tanto ya preparan una huelga general para el 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista. El conflicto sucede mientras el Gobierno trata de reglamentar la reforma laboral incluida en la Ley Bases con sectores gremiales.

La semana culminó con otra grieta en el Gobierno. La Vice Presidenta Victoria Villarruel condenó el acuerdo con el Reino Unido para autorizar vuelos desde Brasil a las Islas Malvinas con escala en Córdoba. Villarruel, criticando una medida de su propio gobierno, dijo que el acuerdo era una ofensa a la soberanía nacional porque los argentinos deben presentar visa para entrar a las islas. “¿Nos toman por tontos?”, preguntó. Así, la vice, hija de un veterano de Malvinas, una vez más toma distancia del ejecutivo y reafirma su propia agenda ultranacionalista muy cercana a la última dictadura militar.

Milei y su vice sólo se hablan en actos protocolares. El presidente mientras tanto se está volviendo adicto a los grandes escenarios. Ayer encabezaba un acto de su partido, La Libertad Avanza, en el Parque Lezama, cuando parece que los discursos ya no alcanzan para ganar la discusión.

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