Una CGT que negocia algo que no queda claro, la fuerza de las aulas publicas en una marcha, los volantazos de un presidente a poco de cumplir su primer año de gobierno y las encuestas que vienen asomando; por Martín Gambarotta.
El gobierno del presidente libertario Javier Milei está en un momento crítico. Es posible que le inflación de septiembre baje. El dólar también baja, pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de decir que la situación social en Argentina es delicada. Todo el año la administración Milei pisó las paritarias del sector público y no está claro cuánto tiempo más podrá sostener esta situación. El Gobierno está en negociaciones con la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) que “apuesta al diálogo sin descartar medidas”.
No está claro qué negocia la CGT si se toma en cuenta que días después de la reunión el Gobierno anunció el fin de la triangulación de aportes entre las prepagas y las obras sociales controladas por los sindicatos.
Los reclamos de los trabajadores de las universidades nacionales ya son recurrentes. El miércoles, una marcha masiva se concentró en el Congreso para repudiar el inminente veto de la ley de financiamiento universitario, diseñada para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores del sector. La marcha tuvo lugar en un momento en el que Milei está cayendo en las encuestas. Hay más encuestas que muestran que la opinión pública está mayoritariamente a favor de la universidad pública. Milei y sus funcionarios señalan que no quieren cerrar las universidades, pero la evidencia dice que las está pasando por la licuadora sin piedad. El presidente se entretiene en la red social X replicando mensajes agresivos en contra de las universidades. Para el Gobierno la discusión pende de que el público le crea cuando dice que la marcha, la segunda del año, fue “política”. Es la fuerza de los cielos versus la fuerza de las aulas públicas, según un cartel agitado en la manifestación.
Por un lado, es una obviedad que figuras como la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el excandidato presidencial peronista Sergio Massa y el senador Radical Martín Lousteau apoyen la marcha. Para los libertarios este es el “tren fantasma” pero, ¿qué dicen las encuestas? Fernández de Kirchner parece medir bien en el conurbano. La expresidenta visitó el partido de La Matanza y desde su entorno ahora sugieren que podría ser la próxima presidenta del Partido Justicialista. En el Gobierno hablan de la conformación de un nuevo “frente de izquierda populista”, los libertarios entienden esa definición como un insulto.
El gobierno de Milei mientras tanto avanza de forma imprevisible en su objetivo de cerrar instituciones públicas. Ahora anunció el cierre del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte en la Ciudad de Buenos Aires. Que al Gobierno no le interesa tratar la salud mental por el momento se refleja en el comportamiento de sus funcionarios, pero para muchos hacer recortes en ese sector en momentos en que la población está soportando un ajuste es cínico.
“Milei y sus funcionarios señalan que no quieren cerrar las universidades, pero la evidencia dice que las está pasando por la licuadora sin piedad. El presidente se entretiene en la red social X replicando mensajes agresivos en contra de las universidades.”
En diciembre Milei cumple un año en el Gobierno. Lo que se aproxima es una batalla en el Congreso que muy posiblemente rehuse el veto presidencial en contra de la ley universitaria. El Gobierno abiertamente está considerando judicializar el conflicto si el veto pierde en el Congreso. La administración hace poco festejó cuando la Cámara de Diputados fracasó en rechazar un veto presidencial en contra de una nueva ley de movilidad jubilatoria. Ahora, para el veto de la ley universitaria, no está claro que Milei cuente con el apoyo del partido de centro derecha PRO encabezado por el expresidente Mauricio Macri. Macri, mirando las encuestas, dijo que su partido apoya la educación pública y agregó que no está interesado en tener más reuniones con Milei en Olivos. En el medio, Macri aceptó reunirse el jueves con el asesor estrella Santiago Caputo en un intento de arreglar. Una postura en contra del veto por parte del PRO, teniendo en cuenta a sus 37 diputados, podría dejar a Milei otra vez técnicamente al borde del juicio político en el Congreso. Igual, el Congreso es fluctuante. Los sectores antiperonistas lograron la aprobación de la Boleta Única de Papel. Para los que apoyan la reforma, la nueva boleta es un cambio histórico en el sistema electoral del país. Ven a la nueva boleta como una herramienta en contra de la manipulación electoral de las listas sábanas por partido. Esta, al menos, es la narrativa impuesta sobre el tema, pero ahora llega el momento de ver si hace alguna diferencia en la práctica.
En cada tema el Gobierno presenta bloques de argumentación de dudosa veracidad. Milei habló en un pequeño acto en el Parque Lezama y otra vez dijo que el ministro de Economía Luis Caputo, un hijo de la educación pública, es el mejor ministro de la historia. Después el presidente lanzó un ataque feroz en contra de la prensa. Milei sembró pánico entre los periodistas estrellas al declarar su preferencia por un panelista del canal La Nación en particular, Esteban Trebucq, muchas veces invitado especial a Olivos. Lo llamativo es que Milei cuenta con un pequeño comando de periodistas amigos que lo defienden en todo momento con fanatismo falangista en los medios. El presidente también lanzó amenazas en contra de los directivos del diario La Nación.
El domingo a la noche la diva derechista Susana Giménez lo entrevistó a Milei en horario central en el canal más visto del país muy amistosamente. Está claro que Milei todavía odia a la Universidad de Buenos Aires, pero ya cambió de opinión en otro tema: China. Ahora China, según Milei, es un socio comercial muy interesante. Así se lo dijo a Giménez. Durante la campaña presidencial Milei juraba que nunca haría negocios con una “dictadura comunista”. Milei ahora tiene agendado un viaje a China donde tendrá que soportar agasajos rodeado de banderas rojas. Esto provocó gruñidos de los Estados Unidos, que advirtió los peligros de acercarse a China. No es tan fácil pegar volantazos en política internacional sin generar una situación conflictiva. Para compensar, Milei recibió en Buenos Aires al Presidente derechista de El Salvador Nayib Bukele.
