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PARITARIAS LIMITADAS Y EMPLEO PRECARIO: EL PANORAMA LABORAL EN 2025

Para el año que viene por delante, se prevé que las paritarias de los trabajadores queden restringidas, con una inflación contenida a costa de salarios bajos y un mercado laboral cada vez más precario.

El actual modelo económico requiere paritarias pisadas, que junto con el ancla cambiaria, garanticen al gobierno nacional mantener la inflación a la baja. Sin embargo, las consecuencias de esta estrategia parecen generar un panorama poco favorable para los trabajadores.


Luego de la fuerte devaluación de diciembre de 2023, que trajo consigo una pérdida sostenida del poder adquisitivo y la destrucción de empleos, los salarios comenzaron a recuperar parcialmente lo perdido en la segunda mitad del año. Sin embargo, el horizonte para 2025 no parece ser alentador. Para que el modelo económico siga funcionando, será necesario mantener paritarias restringidas, que acompañen la ancla cambiaria, en un intento de contener la inflación en los próximos meses. Desde este lunes, el Gobierno ajustará la devaluación mensual al 1%, confirmando que esta ancla cambiaria se mantendrá vigente, por lo menos por ahora.


El informe de la consultora C-P advirtió que la economía argentina está entrando en una nueva etapa, donde los efectos de la desinflación comienzan a agotarse, dejando paso a las dificultades de una “nueva estabilidad”. En este contexto, se espera que la pauta salarial sea limitada, ya que el proceso de desinflación pierde impulso y el ancla salarial se vuelve más restrictiva. Asimismo, la administración de La Libertad Avanza llevará a cabo un ajuste en el crawling peg, reduciéndolo del 2 al 1% mensual para seguir impulsando la baja inflación. Por otro lado, la tasa de política monetaria también experimentará una caída, pasando del 32% al 29%, aunque se mantendrá atractiva para el carry trade.


La consultora C-P también planteó que la recuperación de ingresos será limitada, debido a la desinflación agotada y a la creciente presión sobre los aumentos salariales. En este escenario, la negociación colectiva podría debilitarse, lo que agrava las perspectivas de los trabajadores. Los cambios en el patrón de empleo implican menores salarios promedio, mayor inestabilidad y una creciente desigualdad.


El gobierno de Javier Milei manifestó su intención de no homologar paritarias que se alejen demasiado del índice de precios minoristas del INDEC, lo que refuerza la estrategia de mantener los salarios a raya en aras de sostener la baja inflación. Las primeras paritarias de 2025 confirman esta tendencia, con aumentos mensuales moderados, como el 1,7% para los sindicatos de Comercio, UTEDyC, y Federación Gráfica.


Por otro lado, el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) experimentará una actualización en marzo, ubicándose en $296.832, lo que representa una caída significativa del 18% respecto a diciembre de 2023 y un 40% en comparación con fines de 2019. Estos ingresos, sumados a la creciente pobreza laboral y la precarización del empleo, reflejan una situación económica cada vez más tensa para los trabajadores.
Además, los subsidios por desempleo aumentaron un 60% en 2024, afectando especialmente a sectores como la Construcción, Industria manufacturera y Comercio. El informe también resalta que el empleo asalariado informal y el cuentapropismo siguen en aumento, reflejando la creciente inestabilidad del mercado laboral.


En este marco, el gobierno sigue apostando al ancla cambiaria y a la desinflación, aunque los economistas advierten que esto podría acarrear consecuencias negativas, como el cierre de actividades transables debido a la incapacidad de competir con las importaciones. A su vez, se prevé que el atraso cambiario se mantenga mediante el uso de deuda externa y una intervención creciente en el mercado cambiario.


Por último, el gobierno de Milei no descartó la posibilidad de implementar una reforma laboral que modifique aspectos claves del contrato de trabajo. Entre las propuestas, se destacan la flexibilización de los contratos laborales, la implementación de tickets canasta, la reducción de las vacaciones anuales y la tercerización del empleo. Estos cambios podrían afectar gravemente las condiciones de los trabajadores, poniéndolos en una situación más precaria y desigual.


En resumen, el panorama económico para los trabajadores en 2025 parece estar marcado por salarios bajos, desigualdad y mayor conflictividad laboral, todo enmarcado en una política económica que prioriza la desinflación a costa de sacrificios sociales.

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