La Cámara Argentina de la Mediana Empresa, que había respaldado a Javier Milei antes del balotaje, ahora expone un panorama crítico: más cierres fabriles, comercios sin demanda y un mercado inundado de productos importados. Su titular, Ricardo Diab, reclama medidas para reactivar la actividad.

El presidente de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Ricardo Diab, expresó su inquietud frente a la creciente cantidad de pymes que bajan la persiana en todo el país. Señaló como factores centrales la retracción del consumo, la apertura comercial sin filtros y la falta de herramientas para sostener ventas en un contexto recesivo. Diab mencionó los casos recientes de Whirlpool, que dejó 220 trabajadores despedidos, y de La Suipachense, para ilustrar una tendencia que —según remarcó— atraviesa distintos sectores.
Diab recordó que CAME acompañó al presidente Javier Milei durante su campaña y apoyó tanto el mega DNU de desregulación económica como la estrategia de endeudamiento que el Gobierno impulsó ante el FMI. Sin embargo, marcó un giro frente a la actual situación. Explicó que la caída del consumo “desarma la cadena” entre comercios e industria y que las propuestas para reactivar la demanda mediante planes de cuotas no prosperaron porque “el Estado había dejado de intervenir” en la articulación con bancos y administradoras de tarjetas. “Si el sistema financiero no acompaña, no hay manera de sostener esos programas”, sintetizó.
A este escenario se suma la competencia de productos importados, que —según Diab— golpea tanto a la industria manufacturera como a rubros insospechados, incluido el alimenticio. El dirigente afirmó que, aunque el comercio internacional es necesario, la velocidad y magnitud de la apertura generan una presión difícil de afrontar para empresas que ya venían debilitadas. “Hay sectores enteros que no consiguen ser competitivos. Y eso, finalmente, termina en cierre de empresas”, sostuvo.


