El aumento de los costos y la baja en la demanda están llevando a las empresas argentinas a realizar ajustes en sus plantillas de personal para mantener su competitividad, según revelan encuestas recientes.
Debido a la imposibilidad de reflejar el aumento de los costos en los precios, las empresas se verán obligadas a ajustar sus plantillas de personal para mejorar su competitividad. Según encuestas realizadas en enero entre pequeñas y medianas empresas, se observa un principio de deterioro en sus indicadores de empleo.
Una encuesta del IAE Business School a nivel nacional revela que el 11% de las pymes planea reducir su personal en los próximos seis meses, mientras que el 29% lo está considerando.
Por otro lado, el 60% de las empresas encuestadas afirma que no tiene planes de reducir su personal. En el primer semestre de 2022, este porcentaje era del 76%, y en el primer semestre del año pasado era del 71%.
En cuanto a las empresas que prevén despidos, en el primer semestre de 2022 y en el mismo período de 2023, solo representaban el 6%. Esto significa que en un año casi se duplicó la cantidad de pymes que planean reducir su personal en los próximos seis meses.
Este comportamiento se explica porque las empresas se enfrentan a una demanda en disminución a la que no pueden trasladar los aumentos de los costos a los precios. Para compensar, necesitan mejorar su competitividad. Si no pueden reducir otros costos, como los impuestos, la única opción es ajustar la plantilla de empleados.
Marina dal Poggetto, directora de Eco Go, señala que después de los aumentos tras el shock cambiario de diciembre, las ventas se desplomaron, lo que lleva a las empresas a adoptar una actitud de “esperar y ver”. Dal Poggetto explica que los costos comienzan a ser un problema.
Según Dal Poggetto, la recesión que se está generando resultará en un fuerte aumento del desempleo. Antes de la pandemia, las empresas no prestaban atención a la curva de demanda porque la oferta era limitada. Sin embargo, ahora, con una oferta limitada, las empresas no pueden vender todo lo que tienen al precio que desean.
“En algún momento, los costos fijos comienzan a ser un problema”, explica Dal Poggetto. Anticipa que cuando las empresas no pueden aumentar los precios, la única solución es aumentar la productividad, lo que a corto plazo se traduce en un aumento del desempleo.
Guillermo Fraile, director académico de los programas de Dirección de la Pequeña y Mediana Empresa del IAE, señala que el sector pyme es consciente de que las dificultades que enfrentarán en los próximos meses serán similares a las del semestre pasado, pero tienen expectativas de mejora en el entorno.
“Desde principios de 2022, más del 60% de las pymes encuestadas afirman que les está yendo mejor que en el semestre anterior, pero ese porcentaje ha ido disminuyendo en cada encuesta”, indica Fraile. Reconoce que el empeoramiento de la situación macroeconómica afecta claramente la gestión de estas empresas.
Fraile advierte que los empresarios pymes deberían redefinir la gestión de sus empresas, captar talento y realizar las inversiones necesarias para adaptarse a un mercado que podría volverse más competitivo. Sin embargo, la captación de talento es uno de los principales obstáculos que dificulta el crecimiento de las pymes.
A pesar de las dificultades, el informe del IAE señala que el 59% de las pymes considera que la situación del país no empeorará en el primer semestre. El 31% de los empresarios consultados espera que la coyuntura mejore. Estos porcentajes reflejan un mayor optimismo en el empresariado pyme en comparación con encuestas anteriores.
