Entrevista.Una nueva revista en papel plantea el debate sobre lo generacional, la crítica, el arte y la política. Los editores de Los años 20 responden cinco preguntas sobre su primer número y lo que preparan para este año.Redacción.
Como la vanguardia, las revistas pertenecen a la moderna tradición de lo refundacional. Cuando se habla de revistas, por supuesto, se trata siempre de revistas en papel: un soporte que hoy llama la atención en sí mismo, por anacrónico y disparatado. No se trata (solo) de un gesto, sino de armar un artefacto –caro pero contundente– que brinda el aplomo material que toda intervención cultural que se precie de tal necesita.
Los años 20. Una revista generacional sacó su primer número a fines del 2024 y en su nombre resuena el impulso de las vanguardias del siglo pasado. Cien años, y un juego de reenvíos entre tradición y actualidad, vibran en esta nueva publicación de crítica fundada, dirigida y editada por Juan Álvarez Tolosa, Leonardo Cardemil y Lucila Rivas. El primer número reunió ensayos que abordan disciplinas artísticas varias, como cine, literatura, teatro, política, pintura y música, de la mano de Pablo Martín Weber, Milagros Porta, Manuel Cantón, Amílcar Beoetto, Francisca Lysionek, Ernesto Castro, Almudena González, Sofía de la Vega, Theo Fernández, los propios Juan Álvarez Tolosa y Leonardo Cardemil, y un rescate de Enrique Amorim –”Problemas del cine nacional”, 1936–; así también, Brenda Erdei, Sofía Slobinsky, Iara Chemes, Lucila Ricas y Abril Chmielewski integran el apartado de “Obras visuales” con foto y pintura. La mayoría ostenta un común denominador: tienen menos de 35 años y prueban sus armas, por primera vez, en esta revista. Mientras se prepara el segundo número, que verá la luz este año, los editores conversaron con Hurlingham Post acerca de cómo pensaron y llevaron adelante el proyecto.
¿Cómo pensaron el proceso de convocatoria a los colaboradores? ¿Qué criterios usaron para elegir a quién invitar para el primer número? ¿Por qué les pareció importante juntarse mano a mano con cada uno?
Desde el principio nos propusimos no ser una revista de amigos. Claro que alguno se coló porque tenía cosas para decir que queríamos ver escritas, pero la idea fue siempre ir más allá, buscar y descubrir qué era lo que también le íbamos a proponer a los lectores. Entonces nos pasamos unos buenos meses revisando revistas, blogs, librerías y hasta redes sociales en busca de autores jóvenes que nos llamaran la atención. No buscábamos tanto una idea homogénea sobre el arte sino más bien un cuestionamiento. Nos juntábamos mano a mano y en la manija de la charla intentábamos encontrar un tema que los instara a discutir y desafiar una idea, incluso si eso resultaba incómodo, para llegar a una reflexión que pudiera dar algún tipo de respuesta.
¿Por qué le interesó incluir artículos sobre varias disciplinas en lugar de centrarse en literatura o cine?
Si nuestra motivación para hacer una revista era la necesidad de una crítica más incisiva y relevante, y la necesidad también de diálogos, no podíamos pensar una forma de estimular todo eso sin nuevos cruces. Veíamos que algunas disciplinas se volvían sus propios nichos y por eso insistimos en que los textos pudieran hacer dialogar distintas artes, pensarlas en conjunto, para que las ideas que capaz se enterraban en un grupo de personas pudieran interpelar a otras y viceversa. La literatura, el cine, la música, la pintura: no son campos aislados, sino lenguajes que se rozan, se malinterpretan, y de esas fricciones nace algo interesante, algo que se parece más a nuestro tiempo que cualquier recorte disciplinar. A fin de cuentas, todo es una puesta en práctica de algo que pensamos desde el principio: si efectivamente la cultura está en crisis, no puede bastar con replegarse, refugiarse en lugares seguros y entre conocidos que reafirmen lo que creemos. La forma de enfrentarlo debería constar de lo contrario: salir al cruce, volcar más ideas en el debate y discutir la cultura.
¿Qué entiende la revista por generación?
En principio y de una forma un poco supersticiosa, la idea de generación funciona como un corte etario que nos impusimos a la hora de seleccionar autores, ya que ninguno supera los 35 años. A partir de ahí es una búsqueda abierta. Pueden ser afinidades u obsesiones compartidas, una manera particular de leer las obras, pero más allá de los criterios sociológicos, una generación se afirma a sí misma, se auto-impone. Los años 20 es “una revista generacional” antes de saber exactamente en qué consiste eso, la pregunta es un motivo para seguir haciendo la revista.
¿Qué función les parece que debería cumplir la crítica en la actualidad? ¿De qué manera influyó o condicionó el antecedente de Sigilio en la realización de Los años 20?
Supongamos que en este momento hay Crítica que no es leída, ya no solo por el público, sino tampoco por los autores de las obras. Una Crítica escrita para otros críticos. Si esto fuese cierto, habría que proponer una Crítica que busque reacercarse al público, que encuentre nuevas maneras de hablar de las obras, las acerque, las ilumine, y al mismo tiempo que sea estimulante para los autores, que los ayude a pensar su propio trabajo.
Sigilio sigue en actividad, así que es un antecedente y a la vez algo que convive con la revista. Pero tiene su parecido en que es un objeto/grupo que trata de albergar distintas disciplinas artísticas y que por momentos usa el tono o toma herramientas de la militancia política para dar discusiones estéticas, como pegar carteles en la calle o repartir panfletos.
En septiembre de 2023 con Sigilio publicamos un texto llamado “Ecos y voces” que manifestaba cierta preocupación por el estado del cine argentino y que derivó en una serie de encuentros/asambleas que se fueron diluyendo por la urgencia electoral. En ese momento había ciertas discusiones que queríamos dar respecto al cine que eran imposibles de tener en un contexto en el que estaba por ganar Milei. Bueno, Milei ganó igual, quizá se puedan tener aquellas discusiones, ojalá algunas se den en Los años 20.
¿De qué manera se ven parados para un segundo número? ¿Aprendizajes y desafíos?
Fue la primera vez en la vida de los tres que llevamos adelante un proyecto como este, así que vinieron incluidos todos los aprendizajes para hacer una revista en papel: impresión, diseño, costos, etc. Pero sobre todo nos encontramos por primera vez con el oficio de editores, de acompañar intensamente textos ajenos. Estamos satisfechos con nuestra tarea y ojalá que sigamos mejorando. El desafío para el segundo número es encontrar nuevos autores y que la conjunción de esos textos se vuelva estimulante, orgánica, que se sientan parte de un todo. El recorrido del primer número aún no está terminado, pero queremos que los textos tengan mayor movimiento, que se sigan leyendo, que puedan producir mayor debate y discusión.