La apuesta del gobierno a reducir juntos el poder adquisitivo y la inflación para ganar las elecciones de septiembre y octubre, el rol de Luis Caputo en la contención de salarios, la regulación del derecho a huelga y la protesta de médicos residentes del Garrahan, la receta oficialista de despidos estatales, deterioro de salarios públicos…
Vuelve a crecer, después de una caída, la confianza pública en el gobierno del Presidente libertario Javier Milei. El presidente sigue pronosticando que la inflación se termina a mitad del año que viene. Hace poco liberó parcialmente las restricciones cambiarias. El dólar, que flota entre bandas, está prácticamente planchado (aunque algo inquieto en los últimos días). Claro, no pasó mucho tiempo. La inflación en marzo fue demoledora: 3,7%. El gobierno ahora dice que está bajando. Es la gran apuesta: que el costo de vida siga desplomándose hasta ganar las elecciones en la provincia de Buenos Aires en septiembre y las de medio término nacionales en octubre.
El tema es que por lo bajo se despliega una realidad paralela. El Ministro de Economía Luis Caputo plancha las paritarias. No quiere aumentos mensuales de más del 1%. Algunas paritarias directamente siguen adelante sin prestarle atención. Eso pasa con el Sindicato de Comercio que no es especialmente reconocido por su combatividad. El ministro embarra la cancha: no homologa los acuerdos paritarios que no se cuadran a sus demandas. Es una jugada clásica y dolorosa: liquidar los salarios para bajar la inflación.
El problema para Milei y Caputo es que gobernar no es una ciencia exacta por más que el presidente hable en difícil sobre economistas desconocidos. Hay seres humanos involucrados.
Milei lanzó un decreto que complementa la asfixia salarial: regula el derecho a huelga en servicios “esenciales” y “trascendentales”. Tuvo un efecto opuesto: una huelga de médicos residentes en el Hospital de Pediatría Garrahan. Los sueldos de los médicos y el resto del plantel, para subsistir en una de las economías más caras del mundo en dólares, son risibles (800,000 pesos por mes para un médico residente).
Milei lanzó un decreto que complementa la asfixia salarial: regula el derecho a huelga en servicios “esenciales” y “trascendentales”.
Tuvo un efecto opuesto: una huelga de médicos residentes en el Hospital de Pediatría Garrahan. Los sueldos de los médicos y el resto del plantel, para subsistir en una de las economías más caras del mundo en dólares, son risibles (800,000 pesos por mes para un médico residente).
El gobierno argumenta que hay más administrativos que médicos en el hospital y que instaló un sistema para monitorear la asistencia. Trata el caso como si fuera una empresa privada. Amenaza con sanciones a los huelguistas que con su paro dejan en ridículo los intentos de limitar el derecho a huelga. Hay versiones de una oferta salarial para los médicos residentes que todavía no llega al cierre de esta columna.
Los médicos son empleados públicos. De hecho, según algunos dirigentes sindicales, sus salarios (salvo los residentes médicos) están atados a la paritaria que acuerda el gremio UPCN, que tampoco tiene un historial combativo. La administración libertaria se jacta de haber liquidado 45.000 empleados públicos. Lo que también está haciendo es aniquilar el ingreso de los que todavía trabajan en el estado. Por “empleados públicos”, la opinión pública ahora descubre, también se entiende a los médicos del Garrahan. El torniquete de gastos además se aplica en la Agencia Nacional de Discapacidad.
Ya hay protestas callejeras de ambos sectores. La pregunta es simple: ¿cuánto tiempo aguanta una fórmula económica que se basa en salarios paupérrimos con mínimos aumentos? La convertibilidad en los 90 aguantó diez años. Las quejas incluyen las millonadas que la administración libertaria le inyectó a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) este año.
Milei apuesta a que los votantes quieren ver la aniquilación de la inflación a cualquier precio (por más que sufran los doctores estatales y los discapacitados). Si fuera por el gobierno ese sufrimiento no sería televisado.
Según Milei, la culpa del estado del Garrahan es de los “kukas” que “generaron ñoquis”. “No nos dejemos psicopatear”, Milei dijo el viernes. El conflicto está “politizado”, dijo el presidente que siempre está al borde de la irritación.
Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica, declaró que lo que el gobierno hace con el Garrahan es criminal. Juró meter “preso” a Caputo.
Milei apuesta a que los votantes quieren ver la aniquilación de la inflación a cualquier precio (por más que sufran los doctores estatales y los discapacitados). Si fuera por el gobierno ese sufrimiento no sería televisado.
Lo que hay, según el nuevo Papa León XIV, es una “guerra de palabras”. Los libertarios están muy atentos a esa contienda. Hay periodistas de medios tradicionales que dicen que el Plan de Inteligencia Nacional está diseñado para espiar y castigar a los que no siguen la línea libertaria. Un periodista de investigación del diario conservador La Nación alega que le quisieron hackear el teléfono y sus redes sociales. El periodista investiga el caso de la criptomoneda chatarra $Libra que Milei lanzó en su cuenta de X generando una burbuja en el precio que a las pocas horas estalló.
Hay investigaciones judiciales en curso acá y en los Estados Unidos. La justicia Argentina investiga el teléfono del presidente y de su entorno.
El presidente y sus funcionarios son hipersensibles a lo que se declara en público. Milei dice que hay que odiar más a los periodistas. ¿Y a los actores? El actor Ricardo Darín se quejó en un programa de televisión sobre el precio, 48.000 pesos, de una docena de empanadas. La reacción en manada de la primera línea libertaria fue inmediata. Caputo dijo que “Ricardito” se había querido hacer el “nacional y popular”. Una docena de empanadas, según el ministro, sale 16,000 pesos.
Milei, en una columna publicada por un medio el viernes, escribió que Darín había comido “empanadas de sapo”.
Los libertarios pulieron el arte de la chicana, en especial en las redes. Les importa nada. Su cometido es torcer la verdad. En una maniobra de distracción, Daniel Parisini (el Gordo Dan) subió a las redes una imagen de Diego Maradona con Milei con el lema “Maradona es Milei”. Parisini se agarraba de que el hijo menor de Maradona, Diego Fernando, tenía ganas de conocer a Milei, según la madre. Parisini fue refutado públicamente por la hija mayor de Maradona, Dalma, pero ya era demasiado tarde. Para Parisini es mejor que se hable de su desubicación, Maradona era kirchnerista, que del precio de las empanadas o la lucha en el hospital pediátrico.
El presidente dijo el viernes en X que el barullo sobre Maradona y las empanadas de Darín eran prueba de que las cosas andaban bien. Se olvidó de mencionar el Garrahan.
Milei no siempre puede evadirse. No tuvo otra opción que escuchar una queja sobre los métodos que imperan en su administración. Durante la celebración del 25 de mayo en la Catedral, el Arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva se quejó del “terrorismo” que predomina en las redes. Igual, Milei no se privó de comportarse como una adolescente durante la ceremonia patria. Le negó el saludo al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Jorge Macri (del partido de centroderecha PRO) y a la Vice Presidenta Victoria Villarruel.
La Libertad Avanza viene de ganarle al PRO las elecciones distritales en Buenos Aires. Milei está ofendido con el jefe de gobierno porque contrató un consultor catalán que supuestamente diseñó una “campaña sucia” en su contra. Todo esto mientras Milei hace un culto de no observar “las formas”.
Hay economistas que eran más o menos normales que se transformaron en fanáticos. Acá va un mensaje en X de Miguel Boggiano: “Sres periodistas, les guste o no, a la gente LE CHUPA UN HUEVO los buenos modales. Así lo vienen demostrando en las urnas”. Bueno.
Lo que llamó la atención es que ningún dirigente del PRO haya defendido a Macri (ni su primo el expresidente Mauricio). De hecho, La Libertad Avanza de Milei y el PRO están cerrando una acuerdo electoral para ir unidos en las elecciones de la provincia de Buenos Aires.
El candidato de Milei es el profesor de economía liberal José Luis Espert, que trata de llamar la atención con sus declaraciones de vigilante, pero el problema es que los cuadros del PRO (liderados por los diputados Cristian Ritondo y Diego Santilli) tienen mucha más experiencia que sus colegas libertarios. Espert no mide del todo bien en las encuestas. Ritondo y Santilli intentan meter una cuña porque la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei (hermana del presidente) no estaría del todo convencida con la candidatura de Espert. “Soy el candidato del presidente”, dice Espert.
Karina Milei tampoco mide bien en las encuestas, lo que complica el plan de que ella misma encabece la lista para usar el apellido tenga poco futuro. Ritondo y Santilli están cerca de pasarse a la Libertad Avanza, tienen la capacidad para deglutirse a Espert.
Ritondo, por caso, tiene pendiente una interna con la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que hace rato se mudó del PRO a La Libertad Avanza.
Hay analistas peronistas que dicen que el ausentismo alto en las elecciones es un problema, especialmente en los distritos populares. La receta para el peronismo tendría que contener épica y militancia. La falta de militancia debería ser parte del análisis.
Karina Milei, la armadora de La Libertad Avanza, se está transformando en una figura controvertida según las encuestas. Hubo tensión durante su visita a la provincia de Misiones el viernes con un grupo de productores yerbateros.
El armado de unidad en la derecha ya presenta dificultades en la Segunda Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires donde los jefes políticos del PRO en San Nicolás decidieron no formar parte del acuerdo. En muchas localidades los intendentes del PRO consideran a la LLA como oposición en los concejos deliberantes.
El peronismo, mientras tanto, es una incógnita. Hay señales de ruptura por parte del gobernador de la provincia de Buenos Aires. Hay señales de ordenamiento. Las incógnitas se resolverán cuando venzan los plazos para las candidaturas. Hay analistas peronistas que dicen que el ausentismo alto en las elecciones es un problema, especialmente en los distritos populares. La receta para el peronismo tendría que contener épica y militancia. La falta de militancia debería ser parte del análisis.
La que sigue marcando el camino es la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Fernández de Kirchner que en una aparición pública alertó sobre la posibilidad de un “décimo default” si sigue la situación económica actual. Resaltó la necesidad de un “estado eficiente” en esta etapa. La expresidenta el viernes a la noche criticó a Milei por el conflicto en el Garrahan. “¿Con los niños enfermos también?”, se preguntó.
Caputo mientras tanto sigue confiado. Anunció el regreso a los mercados internacionales con un bono en pesos con la intención de recaudar mil millones de dólares para las reservas del Banco Central.
Caputo tiene dificultades en implementar el plan anunciado para ingresar al sistema los dólares que los argentinos atesoran en negro, por lo menos 200 mil millones de dólares. No está claro el marco legal, según los funcionarios tributarios de la provincia de Buenos Aires. El plan además necesita la aprobación de al menos un proyecto de ley en el Congreso, algo que todavía no sucedió.