Las familias enfrentan una Navidad marcada por dificultades para cubrir servicios esenciales, mientras la inflación y la precarización laboral agravan la situación económica y social.
Este 2024, las familias enfrentarán la Navidad en medio de un contexto económico deteriorado, marcado por los altos costos de servicios esenciales y deudas. Más de la mitad de la población no puede cubrir la canasta básica, y la situación empeoró en el último año. Según datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), el 31% de las familias tuvo que recortar gastos en atención médica y postergar estudios de salud, mientras que el 29% no pudo comprar medicamentos. Además, el 27% no pudo abonar servicios públicos y un 30% acumula deudas impositivas. Solo uno de cada diez hogares tiene capacidad de ahorro.
La desigualdad económica es cada vez más profunda, con uno entre diez (más rico) ganando 14 veces más que el más pobre. La situación de los hogares más vulnerables empeoró, y un tercio de las familias tuvo que recortar gastos en atención médica. En el caso de los medicamentos, casi 30% no pudo comprarlos, especialmente entre los hogares de bajos ingresos y aquellos sin cobertura social. La inflación y los ajustes en el PAMI exacerbaron esta situación, elevando los precios de medicamentos esenciales.
Los problemas se extienden a los servicios públicos. El 27,1% de los hogares no pudo pagar luz, gas o agua, una cifra que aumentó considerablemente en los últimos dos años. Los hogares de menores ingresos son los más afectados por los aumentos en tarifas de servicios y la eliminación de subsidios, lo que incrementó el gasto energético y en transporte.
La situación de los impuestos también es crítica, ya que casi 30% de las familias no pudo pagar alguna tasa o impuesto, lo que refleja un incremento significativo de las deudas fiscales desde 2022. Además, la capacidad de ahorro es extremadamente limitada, con solo un 10% de los hogares pudiendo ahorrar mensualmente.
La recesión económica y la alta inflación redujeron el poder adquisitivo, afectando especialmente a los trabajadores. El 44% de los hogares reportó una caída en su consumo, y casi la mitad de los trabajadores están insatisfechos con su salario, sin poder cubrir lo básico. Esta crisis también se refleja en la precarización laboral, con un aumento de trabajos informales y la caída de los ingresos reales, que en muchos casos bajaron hasta un 19% en términos reales.
Así, las familias argentinas enfrentan un panorama económico alarmante en esta Navidad, con recortes en salud, deudas acumuladas y una capacidad de consumo y ahorro cada vez más reducida. La incertidumbre sobre el futuro es un factor común, mientras los hogares luchan por cubrir lo esencial para subsistir.