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STURZENEGGER, FIGURA REPETIDA POR MARTÍN GAMBAROTTA

El desafío de tener dos gallos liberales en el mismo gabinete, las disputas dentro y fuera del PRO de cara a la elecciones de medio término y un currículum pesado que promete “hojarascas”; por Martín Gambarotta.

Aterrizó Federico Sturzenegger. El Presidente libertario Javier Milei le tomó juramento a Sturzenegger, un académico liberal entrenado en los Estados Unidos de renombre internacional, como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, el viernes en la Cara Rosada. Sturzenegger ya se desempeñaba como un asesor económico estrella de Milei y el arquitecto en las sombras de la Ley Bases de reformas, recientemente aprobada por el Congreso después de largas negociaciones y concesiones. “Me estoy dando un lujo”, dijo Milei. El tema es que la reputación de Sturzenegger como funcionario nacional no es tan sólida. Fue funcionario durante la administración del radical Fernando de la Rúa que comenzó en 1999 y colapsó durante la implosión económica de 2001. Sturzenegger también sirvió en la presidencia del liberal Mauricio Macri que falló económicamente. Macri perdió las presidenciales en su intento de reelección. Es famosa una foto de Sturzenneger, entonces presidente del Banco Central durante la presidencia Macri, pronosticando una inflación del 2-10 por ciento anual, junto a su escudero Lucas Llach, cuando terminó siendo mucho más alta. Con funcionarios así quién necesita oposición.

“La agenda de transformación es acompañar la reforma del Estado usando las facultades de la Ley Bases. También desarrollar una carrera administrativa cuyo aspecto esencial será un examen de ingreso a la función pública como la que se usa en los países con servicio civil profesional,” dijo Sturzenegger después de asumir. El nuevo ministro también manejará la política salarial del sector público que está sufriendo una serie de terminaciones de contratos y despidos desde que Milei asumió en diciembre.

Sturzenegger entra en el Gabinete en un contexto de intranquilidad económica. El Ministro de Economía Luis Caputo está bajo presión para devaluar y para terminar con el control de capitales, el cepo. El chiste en la red social X era que ya que Sturzenegger viene a desregular todo también podría hacerlo con el tipo de cambio, pero se supone que el nuevo ministro no viene a tocar la política monetaria. El ingrediente, claro, es que Caputo también fue funcionario de Macri y en esos tiempos no se llevaba para nada bien con Sturzenegger. El gobierno entonces tiene dos economistas de peso en un momento en que necesita una única voz clara para navegar las turbulencias. Es evidente que Caputo puede sufrir si los días negros económicos siguen y no encuentra una salida a los reclamos. Un dólar ya no vale 1000 pesos. Vale unos 1400 pesos en el mercado negro.

“La situación puede ser un problema para el gobierno si la derecha va dividida en dos partidos a las elecciones de medio término el año que viene. El riesgo para el PRO es que puede llegar a derrumbarse…”

La recesión es gigante. Hay que ver si hay margen para la indulgencia que significa tener una cartera dedicada especialmente a desmantelar el estado. Sturzenegger auspicia un proyecto de “ley hojarasca” para eliminar leyes con el argumento de que ya no tienen ningún uso y se interponen con la creación de empleo en el sector privado. Otra vez Milei le va a pedir a un parlamento que no controla la aprobación de un proyecto de ley controvertido.

Para aprobar la Ley Bases contó con el apoyo clave en la Cámara de Diputados del partido de Macri, el PRO. Pero la novedad es que Macri, que reasumió como jefe del PRO recientemente, empezó a quejarse. Primero el PRO lanzó un informe de su Fundación Pensar donde presenta algunas dudas sobre el gobierno de Milei, en especial en su desempeño parlamentario. Después Macri exigió públicamente que la administración Milei cumpla con un fallo de la Corte Suprema para la restitución de fondos coparticipables a favor de la Ciudad de Buenos Aires, el bastión electoral del PRO. Todo esto viene acompañado de una severa interna en el PRO donde la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich terminó apartada de la nueva conducción del partido.

Milei había insinuado que favorece una “fusión” entre su partido, La Libertad Avanza, y el PRO, pero está claro que esa no es la intención de la nueva conducción liderada por Macri.

El Vocero Presidencial Manuel Adorni intentó calmar la situación declarando que el gobierno va a honrar su deuda con la Ciudad de Buenos Aires. Adorni de todos modos agregó que se está trabajando con el gobierno municipal, liderado por Jorge Macri (primo del expresidente).

La situación puede ser un problema para el gobierno si la derecha va dividida en dos partidos a las elecciones de medio término el año que viene. El riesgo para el PRO es que puede llegar a derrumbarse en esas elecciones si Milei mantiene su popularidad y el voto de derecha se vuelva masivamente hacia La Libertad Avanza.

Milei expresa respeto por Macri pero está por verse si las dos personalidades en algún momento chocan sobre todo porque Bullrich, que técnicamente pertenece al PRO y hasta hace poco encabezaba ese partido. Está furiosa con la decisión de los macristas.

Milei no parece tener intenciones de desatar su furia contra el PRO. Por ahora reserva su cólera anarcocapitalista para ciertos líderes internacionales. La última disputa la tuvo con el Presidente izquierdista de Bolivia Luis Arce cuando desconoció el intento de golpe de estado de la semana pasada en ese país. También está latente la pelea con el Presidente de Brasil Lula da Silva.

Milei se negó a disculparse con Da Silva por llamarlo “corrupto” y “comunista”. Milei decidió no viajar a una cumbre del Mercosur en Paraguay en lo que se interpretó como una jugada para evitar cruzarse con Da Silva.

No solo eso, cuando esta columna se estaba escribiendo Milei tenía planeado viajar a una cumbre conservadora en Camboriú, donde iba a ser recibido por el expresidente derechista de Brasil Jair Bolsonaro. Si la visita con la bienvenida del golpista Bolsonaro se toma como un gesto desafiante por el presidente de Brasil la disputa diplomática puede escalar.

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